La comisaria independiente Lisa Rosendahl ha aglutinado a un total de trece artistas y colectivos de arte contemporáneo internacinonales con el objetivo de plantear interrogantes relativos al arte y a su crítica.

La muestra, que se puede visitar en Montehermoso hasta el 31 de agosto, recoge obras de artistas que en su profesión negocian los términos y condiciones de la producción, la transmisión y el consumo del arte.

De ahí el título de la misma, «Condiciones de uso», que según la propia comisaria «hace referencia a las reglas definidas por el propietario de una propiedad intelectual desde el punto de vista jurídico y, además, tiene por objetivo invocar las numerosas formas mediante las que los artistas han adaptado y hechos suyas estrategias corporativas, y recursos propios del mercado, en sus propias producciones».

La obra del colectivo británico Free es un claro ejemplo del transfondo de esta muestra. Se trata de un póster gigante en el que tres personas lucen una camiseta con en el eslogan: «No permitas que los medios de comunicación tengan el monopolio de la libertad de expresión». Pero cada uno de ellos lleva impresa una parte de la frase lo que les obliga a mantener un orden para que el eslogan tenga sentido. Free, a través de este mensaje, reclama para la gente común la recuperación del discurso público y la formación de opinión de las manos de sus actuales propietarios, los medios de comunicación dirigidos por el mercado. El colectivo hace un llamamiento para que el visitante actúe contra la colonización de la libertad de expresión.

De las más de trescientas solicitudes recibidas en la convocatoria anual de arte e investigación del centro cultural Montehermoso, el centro cultural gasteiztarra y el jurado compuesto por Iñaki Martínez (Director del Marco de Vigo);Teresa Velázquez (Directora de contenidos de Matadero, Madrid); Juan Luis Moraza (porfesor de la Universidad de Vigo y artista); y Xabier Arakistain (director de Montehermoso), han elegido un total de ocho proyectos. Se trata de los artistas Miren Arenzana (Bilbo), Amaya González (Pontevedra), Adriá Juliá (Barcelona), Loreto Martínez (Vigo), Amalia Pica (Argentina), Miguel Angel Rebollo (Madrid), Tere Recarens (Girona) y Boris Achour (Marsella).

Un bosque de cartón

De todos ellos, y quizá por sus grandes dimensiones, el proyecto que más llama la atención es el del marselles Boris Achour. El artista copa con su obra gran parte del espacio del Antiguo Depósito de Aguas. Bajo el título «Conatus: a forest» Achour ha construido un gran bosque de cartón. El espectador se sumerge en un laberinto de tubos que evocan una gigantesca estructura de coral. La instalación entremezcla entorno y paisaje con una obra compuesta por luces fluorescentes y una película.

Otro de los trabajos seleccionados deja entrever que en el arte no existen distancias geográficas. La argentina Amalia Pica entrelaza al personaje Robinson Crusoe con el campo de fútbol de Mendizorrotza; y lo hace a través de una metáfora. Una foto del estadio gasteiztarra y un vídeo plasman la agitación general del público presente hasta detenerse en un hombre que, ajeno a su entorno, se concentra en leer la novela de Jules Verne. Todo un ejercicio de escapismo frente a la cultura del espectáculo deportivo.