El Gobierno chino expresó ayer su «profunda insatisfacción» por la reunión del viernes entre el primer ministro británico, Gordon Brown, y el Dalai Lama. El Ministerio de Asuntos Exteriores denunció en un comunicado que este encuentro así como la invitación extendida al líder espiritual tibetano para que testifique en el Parlamento británico «interfieren en los asuntos internos de China y hieren los sentimientos del pueblo».

Su portavoz Qin Gang instó a Londres a «acompañar sus promesas con acciones concretas más favorecedoras para el desarrollo a largo plazo de las relaciones bilaterales». Asimismo, evitó pronunciarse sobre si finalmente invitarán al Dalai Lama a la inauguración de los Juegos Olímpicos.

Brown lo recibió en el palacete de Lambeth, residencia del arzobispo de Canterbury. El mandatario británico escogió este lugar religioso para no generar un enfado mayor por parte de China.

Por otra parte, el primer ministro chino, Wen Jiabao, elevó a más de 80.000 el número de desaparecidos en el terremoto. Ayer se entrevistó con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en Yingxiu, en Sichuan, reducida a una montaña de escombros.