Tsvangirai rechaza un Gobierno de unidad a su regreso a Zimbabwe
El líder de la oposición en Zimbabwe Morgan Tsvangirai rechazó al opción de un Gobierno de unidad a su regreso al país tras varias semanas de ausencia. Tsvangirai se mostró confiado en su victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
GARA |
El jefe de la oposición Morgan Tsvangirai, ausente de su país desde hace más de seis semanas, regresó ayer a Harare para preparar la segunda vuelta de la elección presidencial contra el jefe del Estado, Robert Mugabe, descartando la idea de formar un Gobierno de unidad. «No se prevé ningún Gobierno de unidad nacional. Hay muchas especulaciones, pero no veo cómo puede llevarse a cabo», declaró Tsvangirai poco después de su llegada a la capital.
«Mugabe no ganará la segunda vuelta, no cabe la menor duda», afirmó, considerando que al lanzar a sus tropas contra los opositores «sólo ha conseguido verse todavía más rechazado por el pueblo».
A su salida de Johannesburgo dijo sentirse «entusiasmado» por la idea de volver a su país. Tsvangirai había anunciado su vuelta para el 17 de mayo, pero lo canceló a última hora. Su partido, el Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), explicó que figuraba en cabeza de una lista de opositores que el Ejército quería matar, una tesis que el Gobierno negó.
Ayer rechazó albergar ningún temor. «¿Por qué volvería si tuviera miedo por mi seguridad?», se preguntó. El jefe del MDC, principal partido de oposición a Zimbabwe, dejó el país algunos días después de las elecciones generales del 29 de marzo. Este antiguo líder sindical de 56 años había reivindicado su victoria en la primera vuelta de las elecciones presidenciales ante Robert Mugabe, de 84 años, el más antiguo de los jefes de Estado africanos, a la cabeza del país desde la independencia en 1980.
Al publicar los resultados más de cinco semanas después del escrutinio, la comisión electoral lo declaró oficialmente ganador, pero sin la mayoría absoluta necesaria para evitar una segunda vuelta, prevista para el próximo 27 de junio.
Visitas en la región
Tsvangirai intentó entonces en vano obtener garantías para una segunda vuelta equitativa, reclamando la presencia de observadores de todo el mundo. Ningún observador occidental asistió a la primera vuelta y Zimbabwe sólo había invitado a 47 equipos de organizaciones regionales y de países amigos como China, Rusia e Irán.
Durante su ausencia, que planteó dudas sobre sus capacidades como dirigente, el opositor hizo una gira para intentar convencer a los líderes de la región de que presionara a Mugabe para que se retirara.
«Tsvangirai está impaciente por regresar. Obtuvo lo que quería por medio de su diplomacia regional», afirmó el pasado viernes su portavoz. Morgan Tsvangirai regresa a un país víctima de grandes enfrentamientos políticos violentos, atizados por el retraso en el anuncio de los resultados electorales. El MDC, que infligió también una derrota histórica a la Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico de Mugabe en las legislativas del 29 de marzo, recordó que 40 de sus militantes han muerto en ataques de partidarios del Gobierno.
El representante de la ONU en Zimbabwe declaró que «la mayoría de los actos violentos son llevados a cabo por grupos pro gubernamentales» añadiendo, no obstante, que el MDC también tiene su responsabilidad.
Mugabe admitió que el resultado electoral había sido «desastroso», pero acusó a la oposición llevar «una cruzada del mal» y de colaborar con la ex potencia colonial británica.
Tsgvangirai acusó al Gobierno de querer «diezmar las estructuras del MCD», pese a lo que confió en un nuevo triunfo con el apoyo de la Comunidad para el Desarrollo Sudafricano y reclamó el envío de «fuerzas de paz» a principios de junio.