Alvaro Reizabal Abogado
Leones a dieta de papilla
Ahora ya se conoce la pregunta que en realidad son diez o doce en una concatenación de condicionales que no me ha dado tiempo de acabar de leer, porque empecé ayer y el asunto es muy enrevesado. Así que estoy abrumado. ¿Qué perseguirá, que le apoyemos o que no?
Leo sorprendido que geure Athletic, txuri ta gorria, va a sustituir al Dr. Padilla, apodado por algunos como el «Dr. Pastilla», por un tal Escribano, creador de la dieta de la papilla, que entre otras cosas consiste en suministrar a la muchachada rojiblanca unas papillas de fruta y vitaminas, incluso en el descanso de los partidos, mientras oyen las sabias recomendaciones del mister. Al parecer en otros equipos el invento ha hecho milagros, así que el histórico club ha decidido sumar a su «staff» al celebérrimo endocrinólogo y simultáneamente especialista en nutrición. La cosa no consiste sólo en eso, porque, además, el galeno, tras concienzudos estudios se ocupa de encargar un cátering personalizado que se sirve a domicilio a cada jugador, que así no tiene que preocuparse de elegir su menú, aunque simultáneamente cede parcelas de libertad, pues no puede comer lo que en cada momento le pide el cuerpo. Desconfío de estas dietas milagrosas, incluidas las de adelgazamiento -por eso no hago ninguna- pero en el caso de los leones de San Mames hay más motivos para dudar ¿puede el Rey de la Selva del fútbol rendir como jugador de élite tomando papillas de fruta? ¿no alterará esta dieta las neuronas y, por ende, el equilibrio mental de estos seres estructuralmente carnívoros? Me permito sugerir que, al menos, añadan a las papillas trozos del arco de San Mames triturados, que además de solucionar el problema de qué hacer con él cuando construyan el nuevo campo, aportaría hierro y mucha cal a la triste papilla viuda.
Hechos papilla también están muchos con la pregunta del millón. En realidad no se sabe si papilla o bechamel, porque lo que les hierve es la mala leche. Habían venido especulando con que lo que Ibarretxe estaba trajinando era lograr una forma de pregunta que impidiera que EHAK la apoyara con sus votos. Ciertamente parece esquizofrénico que alguien se devane los sesos para conseguir que le den por riau, pero ya se sabe que en política nunca se sabe, así que vaya usted a saber. Ahora ya se conoce la pregunta que en realidad son diez o doce en una concatenación de condicionales que aún no me ha dado tiempo de acabar de leer, porque empecé ayer a la tarde y el asunto es muy enrevesado. Así que estoy abrumado. Quizá me decida por pedir asesoramiento para conocer el profundo calado de las preguntas de la consulta que abre la puerta (¿o la cierra?) a la futura consulta. Pero tratándose de una consulta estoy dudando entre recurrir a un consulting o a la consulta del psiquiatra. ¿Qué perseguirá, que le apoyemos o que no?
En cualquier caso parece claro que el proponente electoralea, porque ya sabe que al final va a dar lo mismo, ya que la escuadra española hará en los tribunales lo necesario para que la consulta no se celebre y, si se celebrara, tumbarla en el Parlamento español, evidenciando una vez más que eso de que aquí se puede defender cualquier idea con la palabra es una enorme falacia: nuestras ideas están prohibidas.