Los árboles y el bosque
Ramón SOLA
Había una coincidencia tan sospechosa como extraña en la práctica totalidad de los representantes políticos y medios que se hicieron eco del comunicado de ETA ayer tarde. Casi todos afirmaban que el mensaje era una respuesta al plan hecho público por Ibarretxe. Resultaba sospechoso por la coincidencia, casi mimética, de las interpretaciones. Y extraño porque no se ve base objetiva para tal afirmación: el comunicado ni siquiera cita el proyecto de consulta, y está fechado el lunes, dos días antes de que el lehendakari explicitara su idea. A tenor de este episodio y del tratamiento de toda la semana, se podría concluir que hay un interés generalizado en dar centralidad política total a la iniciativa de Lakua. Y no deja de ser curioso teniendo en cuenta que esos mismos medios y agentes políticos remarcan al mismo tiempo que el plan no llegará a materializarse ni en una consulta y afirman que su objetivo es meramente electora- lista. Devolviendo la cuestión a términos ob- jetivos, lo indudable es que ETA no nació para el plan de Ibarretxe, sino en todo caso al revés. Aunque los árboles no dejen ver el bosque.