Los gitanos que viven en Italia consideran que se está generando en el país un clima «gravemente xenófobo» y han organizado para el próximo 8 de junio una manifestación en Roma para protestar por los últimos actos de violencia ocurridos en varias ciudades del país contra los ciudadanos de esa etnia.

«Existe en Italia un silencio culpable y delictivo que corre el peligro de convertirse en un genocidio cultural que nosotros los gitanos ya hemos conocido en el pasado», afirmó el presidente de la asociación de ciudadanos de etnia gitana Thèm Romanó, Alexian Santino Spinelli, convocante de la manifestación.

Explicó que han invitado a otras asociaciones y grupos culturales. La protesta ha sido convocada un día después de que el ministro de Interior, Roberto Maroni, dijera en Jerusalén que confeccionarán un censo de los campamentos de gitanos existentes en Italia y que el Consejo de Ministros iba a aprobar las ordenanzas que dan a los prefectos de Milán, Roma y Nápoles poderes especiales para afrontar lo que llamó «emergencia gitanos». No obstante, los ministros no aprobaron ninguna medida sobre este asunto.

Maroni quiere que los prefectos tengan «poderes especiales» en materia de seguridad y se encarguen de censar a los gitanos. Desde Jerusalén, donde participó en un convenio sobre seguridad, aseguró que los primeros censos se harán en los campos considerados «ilegales».

Afirmó que «no se entrará con excavadoras para destruirlos» e indicó que «es necesario encontrar una solución para el problema de los asentamientos gitanos». Uno de los primeros pasos, según dijo, es dibujar una «geografía» de los gitanos que viven en el país. «Hay gente buena, pero también criminales», subrayó Maroni.

Sobre esta cuestión, Spinelli remarcó que la realización de censos no soluciona nada. Denunció que los campamentos son «una imposición» de la situación de pobreza que sufren.

Asimismo, alertó del «grave clima de xenofobia» que se vive en Italia y citó, a modo de ejemplo, la quema de asentamientos gitanos en Nápoles.

Precisamente, algunos miembros de la xenófoba Liga Norte se manifestaron y encadenaron en el lugar donde el alcalde de Venecia, Massimo Cacciari, había previsto la construcción de casas prefabricadas para algunas familias de etnia sinti.

«Ha comenzado la revuelta de los ciudadanos. No pararemos hasta que no se decida no construir este poblado», declaró el diputado Corrado Callegari.

En Milán, los revisores de los medios de transporte se encargan de denunciar a los extranjeros que no tienen documentos y entregarles a la Policía.