Se cierra una fase política en el norte de Irlanda y surgen más testimonios que explican el proceso
Si la muerte la semana pasada de Brian Keenan suponía un fuerte sentimiento de pérdida para la comunidad republicana, es previsible que la retirada de Ian Paisley de sus cargos en el Gobierno de Belfast afecte a la parte unionista. A su vez, ambos elementos pueden ser considerados como síntomas de que una fase política está llegando a su fin en el norte de Irlanda.
En ese contexto, las declaraciones del jefe policial en el norte de Irlanda, Hugh Orde, sobre la necesidad de buscar una salida negociada a todo conflicto político -incluido el que representa la red Al Qaeda-, son un nuevo paso en el reconocimiento público de las bases reales sobre las que se construyó el proceso irlandés.
Si en su momento Rodríguez Zapatero atendió las reflexiones de Tony Blair sobre el proceso irlandés -aunque es evidente que no siguió sus consejos-, sería positivo que los mandos policiales españoles y franceses tuviesen en cuenta la experiencia de Orde al frente de la Policía en los condados del norte. Porque la historia demuestra que en estas cuestiones es mejor no repetir las palabras malditas de Paisley, a saber, «nunca, nunca, nunca».