Indusal se suma a las empresas que discriminan a la mujer por razón de sexo. Paga menos por ser mujer, aunque realicen el mismo trabajo que sus compañeros. El conflicto ha saltado a la Inspección de Trabajo, aunque mantiene silencio por el momento, pero se trasladará a Emakunde y a todos aquellos organismos que puedan hacer frente a este grave problema. Entre sus clientes tiene a restaurantes, hoteles y a Osakidetza.

¿Cuál es el problema?

Tenemos un problema de precariedad muy clara, unido a una fuerte discriminación salarial hacia la mujer. Por ser chico cobras más al mes, por medio de una serie de pluses, como el de toxicidad y el de actividad.

¿Cuánto suma al mes la diferencia salarial entre una trabajadora y un trabajador?

Según el puesto de chico, pero entre 300 euros y 107 euros. Hablamos de unos salarios medios de unos 700 euros. Por lo tanto es una cantidad considerable.

¿No se puede hacer nada?

Estamos iniciando la lucha. Es una empresa que lleva 25 años funcionando. No había comité hasta hace muy poco. El dueño, Jesús María Sulibarria, vendió su participación a la empresa Indusal. El se ha quedado como gerente y cree que se nos puede discriminar sin que tenga una respuesta. La estamos dando y vamos a ir a más.

¿Qué plantea el comité?

En vista de esa situación de discriminación, pedimos mejoras salariales para las mujeres. En una ocasión el gerente nos amenazó con que si seguíamos tocando el tema de los pluses, se los quitarían a los chicos. Después hemos tenido una reunión con la Inspección de Trabajo, a raíz de una campaña sobre la discriminación de la mujer. Les pidieron las nóminas de los trabajadores de noviembre y diciembre del año pasado. Quedaron en que iban a tomar medidas, porque de palabra reconocieron nuestras demandas, pero todavía no ha cambiado nada. Siguen entrando chicos cobrando más que nosotras.

¿Qué piensan vuestros clientes de esta situación?

Estamos haciendo movilizaciones en la zona y distribuyendo notas informativas para que la población se dé cuenta del grave problema que hay. Vamos a salir a los pueblos de Arrigorriaga, Basauri y Ugao. Vamos a tocar a nuestros clientes los grandes hoteles, restaurantes y Osakidetza, para que sepan que subcontratan la lavandería que no trata igual a los hombres y a las mujeres en el entorno laboral.

¿Cuál es la actitud de la dirección de la empresa?

Los mandos de la empresa son bastante autoritarios. No están acostumbrados a que haya comité. En estos momentos la dirección nos impide, incluso, que hablemos con el resto de la plantilla. En todos los trabajos se habla, más en éste, pero nos lo han prohibido. Nadie me dijo al entrar que no se podría hablar. Pregunté porqué ahora no, y me dijeron «porque lo que digo yo». Están desviando trabajos a otras plantas para presionar, pero en verano nos plantearemos hacer paros.