Raimundo Fitero
Refrescos
Se nos va un rato el doctor House y lo hace con una pérdida de memoria que lo convierte en un caso clínico. Los guionistas de esta serie están retorciendo todas las vías. Nos quedaremos sin el cascarrabias y sus compañeros esperando que a su vuelta, el accidente le haya dejado alguna secuela que lo haga más cercano porque había llegado a una caricatura. O esa es un impresión que se recibe por acumulación de propuestas superpuestas.
No sé si en los intermedios de esta serie o en ese vivir zapeando he sido imbuido por dos anuncios de dos marcas de refrescos, ambas muy tradicionales en nuestras pantallas, pero que han optado por nuevos productos más apropiados para estos tiempos y que han perfilado su supuesta clientela a base de ofrecernos unos anuncios que están llenos de alegría de vivir, para disfrutar cantar, canta y sé feliz. O bebe, refrescos, y sé feliz. Dos anuncios con historia, una con un eslogan que abrazamos de manera inmediata: el placer por el placer, y en sus imágenes, en sus secuencias, en sus escenas, el erotismo, la sexualidad explicita va unida a esa marca de refrescos con burbujas que precisamente en su producto básico con quinina que combina muy bien con la ginebra había optado esta temporada por poner al doctor House, para promocionarlo. Era el actor quien aparece, claro, pero haciendo del personaje de doctor House, que es lo que vende en el mundo entero.
El otro es un refresco que precisamente se intenta desmarcar de la competencia a base de poner burbujas, de decir que es más puro y natural, según nos quieren convencer, y en su anuncio lo que prima en lo fantástico, o al menos lo no puramente normal, pero en ambos casos, los anuncios son largos, aunque como es habitual tendrán su versión corta, para otros momentos publicitarios que requieran de un impacto más ligero y no como en las versiones historiadas, que nos cuentan una auténtica aventura. Los creativos publicitarios, una vez superado el nivel cero de la incitación al consumo, han optado, con el consentimiento, obviamente, de la marca anunciada, por hacer unos cortometrajes muy elaborados. Los refrescos vienen calentitos.