En su último día como primer ministro norirlandés, el unionista Ian Paisley actuó como anfitrión del primer ministro escocés, Alex Salmond, durante su visita oficial a Belfast. Ésta será la última ocasión en la que Paisley y el viceprimer ministro del ejecutivo de Belfast, el líder republicano Martin McGuinness, puedan hacer honor al apelativo de «hermanos risitas» que se han ganado con su buena relación pública.

Paisley abandona hoy su puesto oficial, ya que la Asamblea de Belfast se reúne para nombrar a los nuevos primer ministro y viceprimer ministros, puestos que ocuparán, respectivamente, el nuevo líder del DUP, Peter Robinson, y el saliente McGuinness.

Sin embargo, entre bambalinas continúan las negociaciones destinadas a asegurar hoy ambas nominaciones, ya que Sinn Féin ha amenazado con no nombrar a McGuinness y dar al traste con la elección de Robinson como primer ministro.

De hecho, a principios de semana, delegaciones de Sinn Féin y DUP viajaron a Londres para entrevistarse, por separado, con el primer ministro británico, Gordon Brown. Gerry Adams y Peter Robinson abandonaron Downing Street por la puerta trasera sin realizar declaraciones, pero todo parecía apuntar a que Brown consiguió aplacar el enfado republicano por la oposición unionista a la implementación de cuestiones claves del Acuerdo de Saint Andrews como la transferencia de poderes judiciales y de control policial -que se esperaba para mayo pero fue vetada por los unionistas-, la ley del gaélico irlandés y la reforma educativa.

Sinn Féin ya había advertido hace un mes de que podría darse esta situación ante la argumentación unionista de que su comunidad no está preparada para la transferencia de poderes relacionados con las fuerzas de seguridad y la Administración de Justicia a un Ejecutivo con presencia de Sinn Féin. Dawn Purvis, la líder del partido lealista PUP, asegura que la crisis de confianza sólo existe en el seno del DUP, no en la comunidad.

De una u otra forma, Sinn Féin quiere que esta cuestión sea resuelta, ya que es clave para las bases republicanas y para el apoyo de la comunidad nacionalista a la Policía norirlandesa.

Fuentes gubernamentales han tratado de minimizar la percepción de que el Ejecutivo se enfrenta a una crisis, afirmando que ambas partes necesitaban asegurarse de la seriedad del otro esta cuestión. Para ello, delegaciones de ambas formaciones se reunieron en Stormont el lunes, no sólo para aclarar malentendidos, sino para planear la transferencia de poder institucional de Paisley a Robinson.

Nuevas elecciones

Si todo se desarrolla según lo previsto, hoy se nominará a los candidatos y la Asamblea de Belfast les confirmará en el cargo. Si McGuinness no es nominado por Sinn Féin, el proceso se aplazará una semana para negociar. Si en ese plazo no se resuelve, el secretario británico de Estado para el norte de Irlanda, Shaun Woodward, podría convocar elecciones.

La posibilidad de acudir a las urnas preocupa en el DUP, sobre todo tras la experiencia de la elección especial celebrada en Dromore, donde sus votos se evaporaron en favor del escindido Verdadera Voz Unionista -liderado por el que fuera eurodiputado del DUP, Jim Allister-.

La victoria del UUP no augura una campaña muy positiva para el DUP, ya que si los resultados se trasladan al total del norte de Irlanda, perdería alguno de los 36 escaños con los que cuenta en la Asamblea, donde hoy se decide el futuro inmediato para el norte de Irlanda.