El cáncer profesional «permanece oculto» por su elevado impacto social
El III Congreso Internacional de Seguridad y Salud en el Trabajo arrancó ayer en el Palacio Euskalduna y centró su actividad en el cáncer profesional. Quedó patente la carencia en cuanto a la inspección y que los empresarios no cumplen con la legislación. También que el sílice, que es considerado cancerígeno, no está en la lista de enfermedades profesionales. También se mostró la incidencia del amianto y las actuaciones concretas en favor de las víctimas.
Juanjo BASTERRA |
La primera jornada del Congreso Internacional de Seguridad y Salud en el Trabajo se centró en el cáncer profesional, a la vez que por la tarde se repasó la calidad de los servicios de prevención, que son muy criticados por los agentes sociales por su falta de actividad preventiva.
Carlos Dora, coordinador del programa para un Entorno Saludable de la Organización Mundial de la Salud (OMS) explicó que «las condiciones de empleo condicionan la salud laboral» y adelantó que la OMS se ha propuesto «el objetivo de integrar la salud laboral en la sanidad pública, de tal forma que la salud ocupacional quede vinculada a la Sanidad».
Con esa base inicial intervino Andonina Tardón, profesora titular de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Oviedo. Dejó claro que existe un elevado subregistro de enfermedades profesionales y que el sílice, considerado cancerígeno por la comunidad científica, no se encuentra en la lista. Esta puntualización de Tardón fue necesaria porque la moderadora Montserrat García, del Ministerio español de Sanidad y Consumo, aceptó la existencia del subregistro de enfermedades y de indicar que el cuadro en vigor «tiene ausencias», pero «es fruto del acuerdo social».
La profesora de la Universidad de Oviedo reconoció que hay 5 millones de trabajadores del Estado español expuestos a productos cancerígenos y que diferentes estudios muestran que «al año se producen de media 8.000 cánceres de origen profesional», pero en los listados oficiales no pasan de siete, por lo que pidió que se cambie el sistema de vigilancia de riesgo para ayudar «a que aflore la realidad del cáncer profesional».
Más directo estuvo el francés Félix Faucon, adjunto a la dirección general del INRS. Reconoció que en el Estado francés el amianto «provocó una revolución» y anunció que entre los próximos 30 y 40 años morirán 100.000 personas por cáncer contraído en la vida laboral. El Estado francés e Italia cuentan con programas de prejubilación de afectados por amianto, lo mismo que programas de ayudas económicas a los afectados. Más de 55.000 trabajadores se han prejubilado desde 2002 hasta 2007 y el gasto de las ayudas ha pasado de 325 millones de euros a 920 millones, es decir, «se ha triplicado». Desde 2001 se han destinado 1.900 millones de euros para los fondos para las víctimas del amianto.
Críticas a Lakua
El congreso fue inaugurado por el consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social del Gobierno de Gasteiz, Joseba Azkarraga, quien reconoció que «vamos por buen camino», aunque añadió que «no podemos caer en la autocomplacencia».
Señaló que se han habilitado a técnicos de Osalan para hacer esas funciones de inspección «con lo que vamos a tener nosotros más técnicos habilitados para la inspección, en torno a 50, que la Administración española con sus inspectores de trabajo». El director general de Osalan, Ignacio Murgia, detalló los datos de la Encuesta de Salud Laboral de 2007.
ELA rechazó ante el Palacio Euskalduna la celebración de este congreso. José Elorrieta, acusó al consejero Azkarraga, de confundir «sus responsabilidades» en la gestión de la salud laboral con «fiestas y festejos».
LAB tachó «de espectáculo» el congreso, porque responde «a objetivos propagandístico del Gobierno de Gasteiz». Por su parte, CCOO lamentó que las conclusiones de la Encuesta de Salud Laboral «señalen que hay un exceso de confianza de los trabajadores, cuando un trabajador, G.J.G, se encuentra en coma por un accidente ocurrido el martes en Construcciones Metálicas Vascas, de Basauri. No fue debido al exceso de confianza, sino que faltan medidas de prevención».
ELA, LAB y CCOO criticaron ayer al Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social por este evento por considerarlo «propagandístico» y lejos de la realidad que se vive en las empresas, donde la falta de seguridad es el elemento predominante.
El comité de El Corte Inglés presentó ayer a la dirección un total de 4.920 firmas de apoyo a Jaime Blanco, casado y con una hija de 9 años, que fue despedido después de una baja laboral por la enfermedad de la fibromialgia.
María José del Canto, presidenta del comité y miembro de LAB, explicó a GARA que «esperamos que la dirección reconsidere la postura». En principio, los trabajadores se seguirán concentrando los miércoles a las puertas de la empresa para denunciar el despido y, sobre todo, porque esa decisión supone un «grave precedente» en ese centro comercial de la capital de Bizkaia.
El próximo 17 de junio está prevista la vista del juicio ante la demanda del trabajador. El problema más importante que se trasluce de esta situación es que «después de años y años trabajando en El Corte Inglés, que nos ha exprimido a tope cuando hemos sido jóvenes, resulta que en cuanto empezamos con problemas de salud nos expulsa», como explicó el trabajador afectado.
En este caso, María José del Canto, de LAB, reconoció que la dirección de la empresa mantiene su intención de seguir por esa vía deshaciéndose de la plantilla, pero avisó que «no vamos a aceptar que ocurra así. Porque de jóvenes se nos ha exprimido y ahora se nos echa». Detrás de esta intención de El Corte Inglés se encuentra el desembarazarse de algunos trabajadores para conseguir que entren otros con contratación precaria.