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«En los próximos 30 años seguirán apareciendo afectados por el amianto»

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María Isabel Isidro
Neumóloga jefe del Instituto de silicosis

Es jefa de la Sección de Neumología Ocupacional del Instituto de Silicosis en Asturias. María Isabel Isidro reconoce que todavía van a seguir apareciendo más casos de tumores por mesotelioma derivados del amianto. El drama continuará entre nosotros.

¿Las consecuencias de haber trabajado con el amianto, un mineral cancerígeno todavía no se han terminado?

No. Aparecerán más casos en los próximos 30 años. El mesotrelioma (un tumor cancerígeno) tiene un período de latencia de hasta 50 años. Cuando más se importó amianto fue en las décadas de los 70 y los 80. Hay muchos trabajadores que han estado expuestos al amianto sin conocerlo.

¿Cuántos afectados calcula que habrá?

Ni idea. Hay más de 3.000 aplicaciones de amianto, aparte del mineral. Una cosa es la empresa que manejaba amianto para fibrotubos, ferrocarril, astilleros, etc, y otra son las que utilizaban aplicaciones de amianto, como los protésicos dentales. Tengo un caso de uno que durante 30 años ha estado amasando un tipo de amianto para hacer los moldes de las muelas. Tiene una patología por exposición al asbesto. El problema está que los trabajadores cambian de empresas, de subcontratas. no se puede hacer un seguimiento concreto.

¿Es difícil determinar en qué empresa se ha contagiado de amianto?

Más que difícil, el problema se encuentra en quién de todas las subcontratas o empresas paga las indemnizaciones y prestaciones. En un juicio me preguntaron como experta. Había 31 empresas citadas y 37 abogados.

Los datos oficiales muestran que hay pocos afectados.

En el Estado español, según los datos oficiales, no ha habido ni un sólo caso de mesotelioma. Sin embargo, en mi consulta he tenido unos cuantos casos. Las estadísticas oficiales no son fiables. Muchísimos cánceres pasan desapercibidos.

¿Para conocer la magnitud del problema no habría que tener buenas estadísticas y bases de datos?

Sí, pero el neumólogo que revisa al paciente no le pregunta en qué trabaja. No se da cuenta de que puede ser una enfermedad profesional, hay que declararla. Las estadísticas del Ministerio de Trabajo se ilustran de los partes de baja de los servicios médicos de empresa. Estos a lo mejor saben que está de baja y tiene un cáncer, pero no sabe cuál es la etiología. En Francia hablan de 1.200 a 1.800 cánceres de pulmón por amianto cada año, y aquí no tenemos. Sí los hay, pero están ocultos.

¿Cómo puede ser?

Tenemos un registro en Asturias, Navarra y Catalunya. En tres años hemos recogido 40 mesoteliomas. En cambio, en el Estado español no ha salido ninguno. Está claro que hay más patología de la que se nos dice. Hay que ponerse las pilas. Convivimos con las patologías de la silicosis y el amianto, pero no se hace nada. Si no se le dice nada al afectado, el problema persiste porque el período de latencia del afectado es muy amplia.

Se prohíbe el amianto, pero se sigue produciendo, ¿se está transfiriendo al resto del mundo?

A la India. Una diapositiva que me han enseñado hace poco me encantó, porque se vio a una señora encima de un montón de chatarra cribando el amianto. Al lado, había un paraguas negro, pero estaba blanqueado por el polvo del amianto. Canadá lo ha prohibido, pero es uno de los mayores exportadores de amianto.

¿Se está exportando el drama ?

Sí. Hace unos años pillaron unos contenedores normales, sin seguridad adecuada, en el puerto de Sagunto en Valencia que contenían sacos de amianto. De los sacos, algunos rotos, salía polvillo blanco. Lo analizaron y era amianto. ¿Dónde va ese amianto? A Africa desde Letonia, pero lo había cambiado en Valencia por un cargamento de magdalenas de la Bella Easo.

¿Aumentará, a su juicio, los mesoteliomas por amianto o asbesto?

Sí. Supone un drama por el cáncer y por las dificultades para lograr el reconocimiento de la enfermedad profesional. Tuve un caso de un señor que le habían diagnosticado una tuberculosis, sin demostrarlo. Probablemente fue un derrame pleural por asbesto, después de que se jubiló. A los dos años, se fatigaba y fue al hospital. Le diagnosticaron asbestosis en Urgencias. Empezó a reclamar la enfermedad profesional, y no le hicieron ni caso. Le atendimos de insuficiencia respiratoria severa. Le hicimos un escáner en otro hospital. Pasaron tres o cuatro días, cuando llegan los resultados, le llamo para decirle que no me gustaba el resultado, pero se había muerto dos días antes. Hace dos años contactó el abogado conmigo. Le seguían denegando la enfermedad profesional. J. BASTERRA

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