Alavés y Real se la juegan
Un partido con mucho más de final que de derbi
Alavés y Real se jugarán una gran parte de su futuro deportivo, e incluso institucional, en un choque en el que el rival será lo de menos para ambos
GARA | DONOSTIA
Mendizorrotza acoge el domingo el derbi más dramático de las últimas temporadas. Lo que habitualmente es una fiesta del fútbol vasco, sólo lo será para una de las partes en esta ocasión; o, en el peor de los casos, para ninguna de las dos.
Y es que, aunque los resultados que se den en otros campos pueden aumentar las opciones de Alavés y Real, en principio ninguno de los dos tendrá suficiente con todo lo que no sea la victoria. Y las consecuencias de no conseguirla, o de que entre los dos últimos partidos no alcancen sus respectivos objetivos, pueden ir más allá, lamentablemente, de lo estrictamente deportivo, debido a la crítica situación ecomómica que atraviesan ambos clubes.
Es una pena, pero Alavés y Real llegan a la penúltima jornada sin depender de sí mismos. Y en unas circunstancias que, prácticamente, les obligan a ganar los dos encuentros que restan -sin que el pleno, además, les asegure nada-; porque de ahí hacia abajo, sus posibilidades se reducen en proporción geométrica.
En el caso de la Real, los seis puntos le abrirían una puerta considerable: le bastaría con que el Málaga no pasara del empate en uno de sus dos compromisos, o con que el Sporting perdiera uno de los dos. Si sólo suma cuatro, la cosa se complica: necesitaría que el Sporting saldase las dos jornadas con un solo empate o el Málaga debería perder uno de los dos. Y si sólo suma tres, el Sporting debería perder sus dos partidos o el Málaga, a lo sumo, firmar sendos empates.
Algo parecido sucede con el Alavés que, en caso de lograr el pleno en estas dos jornadas, abriría una gran puerta a la esperanza, aunque todavía necesitaría que se diesen dos de estas posibilidades: que el Eibar no sumase más de un punto, el Xerez no más de dos, Albacete y Cádiz no más de una victoria, y Racing de Ferrol y Córdoba -que el domingo se ven las caras en A Malata-, un máximo de cuatro puntos. Sin son precisamente cuatro los puntos que logra el equipo gasteiztarra en estos dos últimos partidos, sus posibilidades se reducirían sensiblemente, porque necesitaría que se diesen dos de estas premisas: que el Xerez no sumase ningún punto, Albacete y Cádiz no más de uno; y Racing de Ferrol y Córdoba, no más de dos. Si salda las dos jornadas con un solo triunfo, por último, necesitará prácticamente un milagro, ya que deberá esperar que se den dos de estas tres condiciones: que el Albacete no sume un solo punto y que Racing de Ferrol y Córdoba no sumen más de uno.
En definitiva, que tanto Real como Alavés necesitan ganar el domingo como sea, en un choque en el que incluso un empate sabría a derrota. No es de extrañar, por tanto, que en Ibaia y Zubieta apenas se cite la palabra «derbi» estos días; en el fondo, ni siquiera importa quién es el rival. Lo único trascendente es el resultado. Y en ambos bandos se teme que pueda no ser el apetecido, pero también se confía en las propias posibilidades. «Indudablemente, el vestuario cree que hay opciones de mantenerse», aseguraba ayer Edu Alonso. «Cada vez queda menos -reconocía, por su parte, Gerardo- y el otro día desaprovechamos una buena oportunidad. Pero tenemos que seguir».
En realidad, y por muy diferentes que sean los objetivos finales, los discursos son intercambiables. Gasteiztarras y donostiarras tienen claro que, salvo sorpresa mayúscula, sólo dos triunfos les permitirán cruzar la línea de meta. «Si ganamos nuestro partido», asegura Mikel Aranburu, y pese a reconocer que «los cálculos no siempre salen», habrá «opciones de llegar a la última jornada con ventaja, que sería lo ideal». Más claro aún lo deja Edu Alonso. «Es imprescindible ganar, no vale empatar y sacar los tres puntos en Vigo. Si sacamos este partido y se da otra serie de resultados que no son para nada descabellados, el equipo puede depender de sí mismo en la última jornada», subrayó.
En definitiva, que es «una auténtica final -indicó Edu Alonso-, como llevamos tiempo denominándola y, evidentemente, la mentalidad de todos está en sacarla, por encima de cualquier otra cosa». La fiesta del fútbol vasco, en otra ocasión.
La Real ha recibido finalmente 3.000 entradas para el derbi, la mayoría para peñas y compromisos del club. Las 700 restantes, con precios de 50 y 60 euros, se pondrán a la venta esta tarde en la taquilla número 6 de Anoeta, a partir de las 17.00 horas.
Josu Sarriegi, ya de vacaciones tras la conclusión de la Liga griega, se acercó ayer al entrenamiento del Alavés para animar a sus ex compañeros. «He aprovechado para apoyarles un poquito porque la situación no es la mejor. Ojalá vaya todo bien», deseó el lazkaotarra, que prevé un derbi «muy complicado» y con «mucha tensión».
Real y Alavés llegan a la penúltima jornada prácticamente obligados a ganarlo todo. El pleno les abre una puerta considerable hacia sus objetivos; de ahí para abajo, las posibilidades se reducen en progresión geométrica.
Mientras en Donostia descartan que la presión pueda pasar factura, tras una temporada bajo la lupa, en Gasteiz tienen claro que el domingo juegan «una final y la mentalidad de todos está en sacarla».
Gaizka Garitanok ez zuen atzoko saioa taldekideekin batera egin, eskuin izterrean hartutako kolpea dela-eta. Gaizka Bergara, bestetik, ez zen Zubietara joan gastroenteritisak jota. Gari Urangak, aldiz, berriro lan egin zuen aparteko arazorik gabe.
Alavesi dagokionez, Nacho Garro eta Cabrera izan ziren lan saioan parte hartu ezin izan zuten jokalari bakarrak min hartuta baitaude. Bestetik, eta astean zehar ikusitakoaren arabera, José María Salmerónek azken partidetako sistema alde batera utzi eta hamaikako erasokorrago baten alde apustu egingo du.GARA