Maite Ezkurra Aranburu y Amaia Domeño Zaro Concejalas por Burlatako Abertzale Taldea
PSOE, UPN y CDN y los nombres de calles
Consideramos el rechazo a esta moción como una traba más para borrar las huellas del fascismo; trabas que siempre ha fomentado la derecha navarra y que una vez más cuenta con la connivencia del PSOE
En el pleno del pasado mes de abril celebrado en el Ayuntamiento de Burlata UPN, PSOE y CDN, unieron sus votos para impedir que los nombres con denominaciones franquistas que aún permanecen en el callejero de nuestro pueblo fueran eliminados. Se trata de las calles Pío Loperena, Faustino Garralda, José Mina y Federico Mayo. Además, con esta negativa se impidió la retirada de la simbología fascista y la condición de «hijo adoptivo» al colaborador del general Mola y destacado miembro del régimen en Nafarroa Francisco Uranga, en cuyo palacio se celebraron algunas reuniones preparatorias del golpe de estado de julio de 1936 en Nafarroa.
Todo ello fue impedido mediante el voto negativo de estos tres grupos a una moción, presentada por las concejalas de la izquierda abertzale firmantes, que apelaba a la necesidad de la recuperación de la memoria histórica en Burlata, con el justo recuerdo y reconocimiento a los cinco vecinos de nuestro pueblo asesinados por la represión franquista: Juan Mª Uterga, Isaac Bubea, Sebastián Urrizola, Juan Ilundáin y Candido Jericó. Una recuperación que consideramos necesaria tras siete décadas marcadas por un silencio impuesto por el franquismo y por quienes convinieron con éste el pacto de olvido acordado durante la transición, que sólo ha sido posible alterar gracias al importante movimiento social en pro de la memoria, tal y como pudimos comprobar hace días en Sartaguda.
Recuperación de la memoria que en Burlata conlleva ineludiblemente la retirada de los nombres y méritos de todas aquellas personas que fueron elegidas, no por ser algunas de ellas vecinas de Burlata y morir en el frente, como afirmaron los representantes de UPN, sino para simbolizar el supuesto homenaje y afecto que la población les debía rendir por los servicios prestados a la causa de la dictadura franquista. De este modo se pretendía una exaltación pública de los principios fascistas, que atentan contra los valores democráticos, especialmente contra los de aquellos luchadores por la libertad, republicanos, socialistas, abertzales, comunistas o anarquistas que fueron víctimas de su represión.
Resulta significativo el caso del destacado dirigente de la dictadura Federico Mayo. Mientras que la decisión del Tribunal Administrativo de Navarra obliga al Ayuntamiento de Iruñea a retirar su nombre de las calles de la Txantrea por ser símbolo del franquismo, el pleno del Ayuntamiento de Burlata se niega a hacerlo.
Esta reivindicación cuenta en Burlata con más de dos décadas de recorrido, desde que un acuerdo de pleno decidiera una parcial e incompleta eliminación de la nomenclatura franquista, retirando exclusivamente los nombres de dos calles.
Por todo ello consideramos el rechazo a esta moción como una traba más para borrar las huellas del fascismo que todavía quedan presentes en nuestro pueblo; trabas que siempre ha fomentado esa derecha navarra que se sabe heredera y deudora del franquismo, y que una vez más cuenta con la connivencia del PSOE, quien en Burlata parece querer continuar con la estrategia de olvido y suspensión de la memoria. Prisioneros todavía de tantos años de falta de sensibilidad hacia la memoria histórica y queriéndola vaciar de contenido, dejándola en parámetros puramente sentimentales. Memoria a la que no contribuiremos en Burlata mientras no se haga justicia con el reconocimiento a los asesinados por la represión y con la eliminación de toda exaltación franquista. Sólo así podremos mirar al futuro, deshaciéndonos de ataduras que nos unen a ese pasado todavía presente por no haber roto con él en demasiados ámbitos, sabedores de que la verdadera atadura al pasado es la que produce el temor al cambio.
Desde el grupo municipal Burlatako Abertzale Taldea seguiremos trabajando para que se haga justicia y se reconozca, más allá del simple homenaje o vacío recuerdo, a aquellos que lucharon por una sociedad libre, justa, igualitaria y solidaria.