Representantes de la Coordinadora de Plataformas contra la Incineración de Gipuzkoa se reunieron ayer ante la Diputación para pedirle que apoye, sobre todo económicamente, la recogida puerta a puerta de la basura.

Los portavoces de Zubietako Herri Batzarra y Donostia Bizirik, Unai Agirre y Maria Luisa Sánchez, respectivamente, explicaron que este modelo se usa para recoger los residuos de millones de europeos. Remarcaron que se estableció hace décadas, y que últimamente ha tenido un gran desarrollo, como ha ocurrido en el caso de los Països Catalans. Se ha implantado en viviendas de diferente tipología, desde densas torres hasta viviendas diseminadas, incluso en varias grandes ciudades de más de 100.000 habitantes. Agirre y Sánchez apuntaron a este respecto que la recogida puerta a puerta sigue fielmente la normativa europea, además de ser más económica que «la recogida en masa que se está impulsando como único sistema».

Dos líneas de actuación

Los representantes de Zubietako Herri Batzarra y Donostia Bizirik indicaron que en los últimos tiempos se están dando muchos pasos en Gipuzkoa para gestionar las basuras. En su opinión, las actuaciones que se están llevando a cabo hoy en día se pueden resumir en dos líneas básicas. Por un lado, estaría la vía que defienden desde la Coordinadora de Plataformas contra la Incineración de Gipuzkoa, y que también tiene el respaldo de las mancomunidades de San Marcos y Debagoiena. Lo que buscan estas plataformas y mancomunidades es recoger de una manera selectiva y siguiendo la normativa europea las distintas fracciones, especialmente de la materia orgánica, que compone casi la mitad de la basura.

Por otro lado, estaría la incineradora que, al parecer de la Coordinadora de Plataformas contra la Incineración de Gipuzkoa, provoca un consumismo ilimitado y la nula concienciación de la sociedad, además de unas dañinas consecuencias sanitarias, sociales, ecológicas y económicas.

Criticaron que en vez de solucionar el problema les desborda la basura. «Por lo que hemos podido ver los últimos días, han tenido que hacer un convenio para su traslado a Bizkaia», comentaron. También trajeron a colación que los tribunales han anulado estos días la incineradora que deseaban construir en Txingudi, debido a que no habían elaborado el estudio de impacto ambiental.

Después de mostrar su rotundo rechazo de esta vía de la incineración, Unai Agirre y Maria Luisa Sánchez dieron a conocer algunas ventajas de la recogida puerta a puerta de los residuos. «La fracción orgánica de la basura que se composta deja de ser basura, convirtiéndose en materia prima. Ésta no necesita ni vertederos ni incineradoras, y es un sistema que se puede implantar en un corto plazo», argumentaron.

Por todo ello, y para decir claramente que no quieren que se apueste por la incineración y que hay alternativas, han organizado para este sábado una movilización en Donostia, que partirá desde el Boulevard a las seis de la tarde. Los sindicatos LAB, ELA, ESK, CNT, CCOO, EHNE y STEE-EILAS se han adherido a esta manifestación, al igual que otras muchas organizaciones, como AHT Gelditu! Elkarlana, Action Citoyenne Environnementale (ACE), IAH, Eguzki, Ekologistak Martxan, Añorgako Gazte Asanblada, Xirika Gazte Kazeta, Antiguotarrak Elkartea o Donostiako Piratak.

Maria Luisa Sánchez indicó que la experiencia que han empezado en Amara, el quinto contenedor con llave, no deja de ser un parche, ya que, aunque van a llevar a cabo una recogida selectiva, no llega a ser el compostaje que quieren las plataformas. «Es voluntario, y, además, la cantidad máxima a la que se puede llegar por habitante es de 100-120 gramos. Si se hiciera una recogida puerta a puerta con toda la población del barrio, la recogida selectiva sería mucho más pura y se podría llegar hasta los 450-500 gramos por persona», razonó. Unai Agirre añadió que «no es momento para experiencias piloto cuando nos desborda la basura. No basta con que en algunas ciudades, parte de los habitantes de algunas zonas composten parte de la materia orgánica, que es sólo la parte vegetal, y en la parte que está sin cocinar».