Karzai tratará de conseguir 32,1 millardos de ayuda para el desarrollo de Afganistán
Devastado por treinta años de guerra, Afganistán presentará mañana en la Conferencia Internacional de Donantes en París su plan de reconstrucción más ambicioso desde la invasión del país, con un presupuesto fijado en 32.106 millones de euros para cinco años.
GARA |
Aproximadamente ochenta estados y organismos se reunirán mañana en París en una conferencia internacional sobre el desarrollo y la reconstrucción de Afganistán, un país inmerso en la violencia, la corrupción y el tráfico de drogas, siete años después de que una coalición internacional liderada por EEUU y la OTAN invadiera el país y derrocara al régimen talibán entonces en el poder, so pretexto de que éste se negaba a entrega a los líderes de al-Qaeda, responsable de los atentados del 11 de setiembre de 2001.
En el transcurso del encuentro de París, el presidente afgano, Hamid Karzai, presentará un ambicioso plan de desarrollo nacional para los próximos cinco años cuya puesta en práctica requiere de 32.106 millones de euros y cuyas prioridades serán las infraestructuras, la seguridad y la agricultura. El Gobierno de Kabul recuerda «los éxitos logrados desde 2001 gracias al apoyo internacional», pero añade que tanto él como sus aliados han subestimado «la tarea y el tiempo requeridos para superar los obstáculos hacia la paz y la prosperidad».
La partida económica más importante, 11.487 millones de euros, se destinará a la construcción de carreteras, presas, centrales eléctricas.... El desarrollo del Ejército y las fuerzas de seguridad afganos se llevarán 9.460 millones. Otros 3.245 millones se invertirán en educación, en un país donde un 23% de la población adulta sigue siendo analfabeta y donde la mitad de los niños y sólo el 35% de niñas está escolarizado.
La agricultura, presentada como la «vía de futuro», se llevará otros 3.041 millones. La FAO advirtió recientemente de que la producción agrícola en el país iba a conocer una reducción sensible en 2008, agravando la escasez alimentaria.
El Gobierno de Kabul se compromete a aportar 4.730 millones de sus propias arcas a la financiación global del plan. Responsables de la Conferencia indicaron que la comunidad internacional se ha comprometido ya a proporcionar hasta un máximo de 16.217 millones sobre los 29.056 restantes, aunque nadie ni el Ejecutivo afgano ni los donantes creen que del encuentro de París salga el compromiso de aportar los 32.106 millones en su integridad.
Los compromisos de los donantes deberían, no obstante, ser «sustancialmente más elevados» que en la anterior conferencia, la de Londres de 2006, donde alcanzaron los 7.095 millones de euros.
Además, las autoridades afganas también comunicarán su voluntad de gestionar un mayor porcentaje de la ayuda destinada al desarrollo, ya que actualmente sólo un tercio de la misma pasa por el Gobierno.
Un informe de la organización independiente Integrity Watch Afghanistan (IWA) afirma que la ayuda humanitaria para Afganistán no se emplea de forma efectiva y añade que tanto el Ejecutivo de Kabul como las agencias internacionales deben ser responsables con esa ayuda o se desaprovechará aún más cantidad de dinero.
El informe señala que de los casi 16.000 millones de euros de ayuda desde 2001 sólo se han empleado algo más de 9.000 millones y denuncia que entre un 15 y un 30% de la ayuda se destina en seguridad para las agencias humanitarias, mientras que el 85% de los productos, servicios y recursos humanos empleados por éstas se importan y proporcionan pocos empleos para los afganos.
Añade IWA que al menos el 20% de la ayuda internacional se destina a la llamada asistencia técnica, personal extranjero con sueldos elevados (algo más de 1.000 millones entre 2002 y 2006). Algunos trabajadores de la cuestionada Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID) ganan unos 14.000 euros al mes en Afganistán, 367 veces más que un maestro afgano.
Afganistán es el quinto país más pobre del mundo, donde el 42% de sus entre 26 y 32 millones de habitantes viven con menos de 14 dólares al mes, y depende en un 90% de ayuda internacional mientras intenta incentivar su economía dañada por treinta años y de lucha contra la insurgencia talibán.
El Banco Mundial denuncia, en un informe, la debilidad de las instituciones oficiales y apeló a construir un Estado eficaz capaz de garantizar la seguridad y de prestar servicios a todos los afganos.
Los altos niveles de corrupción de sus instituciones, que sitúan a Afganistán en el puesto 172 de los 180 en el índice de la corrupción de Transparencia Internacional, disuaden a los donantes.