La Eurocopa es una competición en la que salta la sorpresa con relativa facilidad como demuestra que la vigente campeona del torneo sea la selección de Grecia. Nadie apostaba por los helenos hace cuatro años, tampoco ahora, y acabaron proclamándose campeones con un fútbol poco vistoso en el que prevalecía el trabajo de grupo sobre las individualidades.

Los máximos favoritos fallaron en Portugal y en la presente edición todo apunta a que también lo harán. Uno de los finalistas del Mundial, Francia o Italia, no pasará a la siguiente ronda. La nueva generación de les blues de las banlieus se atascó ante Rumania y la derrota de los transalpinos contra Holanda en la primera jornada, les obliga a jugarse el pase entre ellos.

Los transalpinos siempre se han definido como una selección experta en conocer las artimañas, pero no supieron responder ante los de Van Basten. A Holanda se le conocía el buen toque y calidad de jugadores como Sneijder, Van der Vaart o Van Nistelrooy. Sin embargo, además de su buen hacer, destacó la contundencia en el centro del campo de Engelaar. El despliegue físico del zurdo del Twente fue vital para que Italia no traspasara el muro naranja en el inicio de la segunda mitad. Seguro que este jugador da mucho que hablar después de la Eurocopa.

Holanda se ha postulado como candidata al título, pero quizá le falta el dominio de todos los aspectos del fútbol cuando el partido está igualado. Eso es lo que hace que siempre esté arriba una selección como Alemania, que sin hacer nada del otro mundo se estrenaron con una cómoda victoria. Portugal y República Checa son otros de los equipos que desde una segunda fila cuentan con posibilidades. Los lusos son mucho más que Cristiano Ronaldo. Por detrás, queda España, la eterna aspirante que siempre tropieza en cuartos.