El pasado miércoles se cumplían 28 años desde que el 11 de junio de 1980, en acción reivindicada por el Batallón Vasco Español, Jose Miguel Etxeberria Alvarez, Naparra, militante de los CAA fuera secuestrado y hecho desaparecer.

Durante 28 largos y duros años sus familiares y allegados hemos continuado luchando para que uno más de los numerosos casos de guerra sucia fuese investigado, aclarado y juzgado. Durante este tortuoso camino hemos tenido por compañeros de viaje la nula voluntad de la justicia española de saber qué sucedió, el abandono de los estamentos oficiales y partidos políticos tan éticos y demócratas todos ellos, pero también el reconocimiento, apoyo y solidaridad de todas aquellas personas que tan cerca de nosotros hemos encontrado.

«Lo principal se sabe ya, y lo que no, no sé si es bueno que se sepa». Frase extraída de una entrevista concedida por Andrés Cassinello, ex jefe de los servicios secretos españoles durante la transición española, al diario madrileño «El País» en su edición del 18 de mayo pasado, en la que también hace referencia al juez Garzón en torno al caso GAL. «No quiero hablar de este tema. No se lo dije a Garzón, estaría feo hablar ahora». Y mientras tanto, el ínclito juez de la Audiencia Nacional, así como algún consejero autonómico, por tierras argentinas y chilenas como paladín de las libertades y restaurador de la justicia.

Hoy, como cada año, en Igarola Bekoa de Lizartza nos reuniremos para recordarlo. Para reclamar una vez más que nos sea devuelto su cuerpo. Para reclamar que se haga justicia y se sepa toda la verdad.

Non duzue? Itzuli!