Son como la pólvora porque al menor descuido estallan donde uno menos lo espera. Y son dañinos porque deja en evidencia muchas carencias. No hay que fiarse de los bulos que cada día aparecen por aquí y por allá. A veces han hecho un recorrido tan largo que aún sabiendo que nada cierto hay en ellos acaba por poner en duda la firmeza de uno mismo. (...) Entonces es cuando hay que armarse de criterios para desterrarlo para siempre. Pero no siempre ocurre así. Rastreando por ahí, he encontrado uno que ha dado unas cuantas vueltas al mundo y que todavía sigue dando que hablar. Tanto que algunas páginas web han picado y han dado por bueno lo que no tiene ni pies ni cabeza. El diario económico gratuito Negocio, por ejemplo, ha publicado con letras de las que se ven a distancia que ETA está dejando en las calles de Madrid, Barcelona y Valencia móviles y llaveros cargados con titadyne y detonadores robados en Grenoble en 2001. Tirados en medio de la calle para que exploten a cualquiera que se atreva a cogerlos. Que se sepa no ha habido ninguna persona que haya denunciado algo parecido, pero al diario en cuestión la noticia-bulo que le ha llegado le ha debido parecer de lo más fundada para acceder a publicarla. No es la primera vez que aparece la supuesta noticia en las páginas web, porque, que se sepa ya en 2002 algo se oía al respecto. Pero esta vez ha sacado los colores a un medio de comunicación que citaba fuentes fidedignas -de Interior nada menos- para avalar la alarma que, lógicamente, produciría la noticia. Esta vez el bulo atrapó a quien estaba dispuesto a creérselo por algún oscuro interés. ¿O es siempre así?