Leitza tendrá a partir de esta tarde (18.00 ETB1) el corazón dividido con la disputa de la gran final del Manomanista, donde Abel Barriola y Oinatz Bengoetxea se verán cara a cara en el Atano III de Donostia, esta vez ya como rivales y no meros amigos, en la lucha por la txapela. Al finalizar el encuentro es seguro que la txapela se irá al municipio navarro pero todavía queda por saber sobre que cabeza lo hará. Llega, por lo tanto, el plato fuerte del campeonato, el partido que llevan tanto esperando los pelotazales.

Tras una infinidad de reportajes sobre Leitza -la ocasión lo merece-, Barriola y Bengoetxea VI se vestirán, por fin, de pantalón blanco, y toda la amistad mostrada delante de fotógrafos y cámaras, quedará olvidada en los vestuarios durante la disputa del encuentro. Se acabaron los apretones de mano y las anécdotas de la infancia.

Caminos diferentes

Los dos navarros han recorrido caminos diferentes para llegar a la cita de esta tarde como aspirantes al título. Bengoetxea VI comenzó la carrera hacia la txapela un peldaño más abajo que su paisano, y en su primer obstáculo se topó con un Leitza muy serio que estuvo apunto de dejarle fuera de esa lucha (22-18). Sin embargo, dos semanas más tarde llegó el triunfo ante el vigente campeón, el que le llevó a ocupar las primeras páginas de los diarios deportivos y con el que se aferra como a un amuleto para creer en sus posibilidades. Para ello, nada mejor que recordar el repertorio mostrado en la primera y última parte del choque ante Olaizola I (22-16), donde Bengoetxea mostró cualidades de un verdadero manomanista. Barriola, por su parte, ha mostrado una gran superioridad en las batallas previas a la gran guerra, donde ha dejado en la cuneta a Patxi Ruiz (22-6) y a Sebastián González (22-8) con suma facilidad. No es de extrañar, por lo tanto, que Barriola salga a la cancha con la etiqueta de favorito y que el dinero se decante a favor del campeón del 2002, aunque llegados a este punto, ya sirve de poco mirar el camino recorrido. Sólo vale llegar.