En el verano del 2005 tenía la opción de ir al Athletic o a la Real y eligió Donostia para malestar de Lamikiz. No ha tenido suerte con las lesiones el primer año y con el descenso del segundo, pero no se arrepiente de su decisión.

¿Le apena no poder llegar a jugar el partido de esta tarde?

Lo he intentado y no puedo, he probado todo lo que he podido, pero no he llegado para el partido. Es un encuentro que hay que estar a tope y no puedes jugar estando mal. Sería una irresponsabilidad. Es una pena. Si sale bien y, sobre todo, si ascendemos, sería el hombre más feliz del mundo, aunque no tendría la felicidad completa porque un jugador quiere ascender estando él. Pero sería una ilusión tremenda ascender.

¿Cómo llega el equipo a la última jornada decisiva?

Como todos a estas alturas. Es el partido 42 y estamos todos muy justos. El Málaga, el Sporting y nosotros, pero tenemos la máxima ilusión y eso es importante. Los primeros días después del partido de Gasteiz nos ha costado recuperarnos del mazazo, pero la ilusión está al máximo y la pena es no depender de nosotros.

¿Espera que el Eibar pueda ganar ante el Sporting?

Del Eibar no tengo ninguna duda. He estado allí, sé cómo juegan cada partido y no van regalar nada. Confío plenamente en ellos. Y el Tenerife si tiene el día es mejor equipo que el Málaga, por lo que las opciones están ahí.

¿Cómo ha vivido el desarrollo de esta temporada?

Ha sido un año muy, muy duro, pero está claro que hemos estado ahí siempre casi arriba. También Málaga y Sporting han estado ahí y se lo merecen. Sólo hay tres plazas, los cuatro hemos hecho un buen año y uno se debe quedarse fuera. Que sea otro.

¿Ve al equipo con esperanzas de lograr el ascenso?

Estamos bien, con ganas, pensando más en lo que puede ser una celebración, todo lo que nos puede motivar. En los dos últimos partidos hemos bajado. Es lógico. Estamos en la última jornada y las fuerzas están justas.

En Gasteiz se pagó la ansiedad de defender lo que se tenía, ¿ahora serán otros los que afronten la jornada con más miedo a perder?

Tienes que manejar eso lo mejor posible. Lo habíamos hecho muy bien el otro día, pero nos metimos muy detrás por esas ganas de mantener lo que teníamos, que era muy importante. Ahora es una presión diferente. Málaga y Sporting son los que se ven con todo a favor y puede resultar perjudicial para ellos. Nosotros tenemos esa esperanza de sacar lo nuestro y de que, por una vez, tengamos un poco de suerte.

Acaba contrato, nadie le ha dicho nada, ¿le apena no estar en el campo en el que podía ser su último partido como realista?

Por supuesto, quería marcharme con una sensación buena porque mi último partido puede que haya sido el de Gasteiz y mira cómo fue el final. Se olvidaría todo con una victoria ante el Córdoba y con la Real en Primera, que es la máxima ilusión que tengo.

¿Le gustaría renovar y seguir en un club especial para usted?

Claro que me gustaría seguir y acabar mi carrera aquí, aunque lo veo difícil a día de hoy.

Además, para un vizcaino formado en Lezama venir aquí cuando tenía oferta del Athletic fue una apuesta basada en aspectos que otros futbolistas no valoran...

Me lo dicen así en mi familia y muchos amigos míos, muchas veces en mi vida y durante mi carrera he ido siempre contra corriente eligiendo cosas diferentes basándome en otros criterios. De la apuesta de venir a la Real no me arrepiento para nada. Si volviera a estar en esa situación habría hecho lo mismo. Me basé en muchas cosas y estoy muy contento de venir aquí y de conocer a los compañeros que he tenido.

¿Y es consciente de que aquella decisión pudo influir en que Lamikiz quisiera responder con Zubiaurre, con lo que la Real ha ingresado cinco millones por eso?

Quizás tuvo algo que ver, pero es un tema muy complejo y ya veremos qué pasa en un futuro. Se ha creado un precedente con él.

No ha tenido mucha suerte. Llegaba sin haberse lesionado nunca y tuvo un primer año horrible, pero ha sufrido para jugar...

Sobre todo fue el primer año y algún tramo de éstos dos. He intentado hacer todo lo posible para jugar, pero como lo haría cualquier otro compañero. Todos intentamos aportar todo lo que podemos en ese aspecto. En la Real hay gente con mucho compromiso y eso que muchas veces se ha criticado eso.

¿Le ha sorprendido el ambiente negativo que ha rodeado al equipo en sus años aquí?

Están siendo años muy duros, no sólo los míos, sino que los anteriores también. El aficionado estaba acostumbrado a ganar Ligas o a estar peleando por UEFA y la gente está desencantada desde hace muchos años. Es lógico que haya crispación en el ambiente. Lo entiendo y no tengo ninguna queja. Ha habido muchísima presión para jugar y no ha sido fácil para nadie, lo primero para los aficionados, que han vivido momentos muy difíciles y siempre han estado ahí. Estamos agradecidos de antemano por todo el apoyo de la afición. Ojalá subamos hoy y tengamos años buenos para la Real.

¿Y esperaba tener que vivir un descenso y tantos problemas clasificatorios en los tres años?

En el fútbol tienes que estar preparado para lo que te pueda pasar, pero han sido años muy duros. Aprendes mucho, nos han tocado momentos difíciles y esperamos que hoy las cosas salgan bien y la Real esté donde se merece, en Primera División.

¿Tiene claro dónde va a estar el año que viene?

No sé lo que voy a hacer. Si sigo jugando no saldré de Euskal Herria. Jugaré por aquí cerca, pero no tengo tomada una decisión. Me encuentro bien para seguir.

Eso es lo que le diferencia de otros, que estarían más dispuestos a salir a otro sitio...

Cuando era más joven ya fui a Ourense, pero ahora tengo dos hijas mayores y desde hace tiempo la condición primera que me pongo es jugar aquí. No saldría bajo ningún concepto y, si se puede, me gustaría seguir en Primera y con la Real.