Tras verse abocados durante muchos minutos al infierno de Segunda B, con peligro incluso de la desaparición de un club octogenario, los dos minutos mágicos del derbi ante la Real han hecho que los alavesistas recuperen la fe en la permanencia y más de un millar de aficionados han conformado un «convoy de la esperanza» para ayudar a la plantilla en la transcendental cita de hoy en Vigo.

Desde que el equipo lograra el ascenso a Segunda B en Elgoibar en la temporada 89-90, los años han sido frenéticos en el seno del club del Paseo de Cervantes y, tras tocar la gloria en la General de Mendizorrotza, Dortmund o Jaén, los albiazules tienen esta tarde en Balaídos una cita mucho menos agradecida pero igual de importante ante un Celta que no se juega nada y que, tras los excesos de años pretéritos, se enfrenta a un proceso concursal, la última plaga del fútbol actual.

Ganar y esperar

Lo peor para el Deportivo Alavés es que no le basta con sacar los tres puntos en Vigo, ya que los 51 puntos, una cifra que aseguraba la permanencia en todas las temporadas anteriores, pueden no servir si los cuatro equipos que tiene por delante, Cádiz, Xerez, Córdoba y Albacete consiguen sacar adelante sus respectivos compromisos. El empate podría servir, pero eso supondría entrar en una ruleta rusa de triples o cuádruples empates con demasiadas balas en el cargador, por lo que los babazorros tienen claro que deben conseguir el triunfo y esperar a que el transistor traiga noticias positivas de otros campos.

Aunque los números de los albiazules lejos de Mendizorrotza no ofrezcan ninguna garantía, sólo se han conseguido tres triunfos en Salamanca, Albacete y Córdoba durante toda la temporada, pero la ración de confianza lograda la última semana y la desmotivación del Celta deben ser elementos en los que cimentar el triunfo.

Y es que, por mucho que se intuya que el equipo celeste pueda estar primado, no puede haber mayor acicate que el jugarse el propio futuro y el de una entidad tan longeva. En este sentido, en Vigo existe la percepción de que, a poco que apriete, el Alavés arrollará a un equipo celeste con la mente en otro planeta.

Tras las reuniones para explicarles el proceso concursal, Matías Lequi, Antonio Guayre, Mario Suárez, Vitolo, Julián Vara, Quincy, Diego Costa, Jorge Larena, Ioannis Okkas saben que no seguirán en el equipo pontevedrés y otros puntales como Fabián Canobbio, Jesús Perera, Esteban y Antonio Núñez tienen pie y medio fuera. De esta manera, en Galicia ven más opciones de echar una mano al Racing de Ferrol con jóvenes de la cantera que con los titulares habituales.

En el Alavés, Salmerón podría introducir varios cambios, como Ángel en el lateral zurdo, poner a Gaspar en la medular y a Adrián en banda derecha.