Un joven palestino murió en la madrugada de ayer en la localidad de Beit Umar, cerca de Hebrón, al sur de Cisjordania, como consecuencia una incursión del Ejército israelí, según fuentes militares sionistas y policiales palestinas.

El adolescente Mohammad al-Alami, de 17 años, falleció tras recibir dos disparos, uno en la cara y otro en el cuerpo, por parte de soldados israelíes que abrieron fuego tras haber sido atacados con piedras o cócteles molotov, según estas fuentes.

«Los militares han disparado sobre un individuo que tenía en la mano una botella incendiaria», declaró un portavoz del Ejército ocupante.

Desde el inicio de la intifada, en setiembre de 2000, el Ejército israelí considera los lanzamientos de cócteles molotov «ataques terroristas», por lo que justifica que sean respondidos usando fuego real.

En cambio, vecinos de Beit Umar afirmaron que la víctima estaba muy lejos de los enfrentamientos y que no portaba ningún cóctel molotov.

Se trata del tercer ciudadano palestino que muere en Cisjordania a manos del Ejército israelí desde la entrada en vigor el 19 de junio del alto el fuego en Gaza entre Hamas e Israel.

Haniyeh pide calma

El primer ministro del Gobierno de Gaza, Ismail Haniyeh (Hamas), solicitó a los diversos grupos palestinos que respeten el alto el fuego adoptado con Israel «para terminar con el sufrimiento del pueblo en Gaza y Cisjordania».

Haniyeh explicó que, al aceptar el cese de las hostilidades, los palestinos han conseguido «detener la agresión de Israel» y levantar el asedio sobre Gaza, que consideró «una cuestión del máximo interés nacional», en declaraciones recogidas por Palestinian Information Center (PIC).

Jalil al-Haya, parlamentario de Hamas, por su parte, negó que haya intereses ocultos tras la declaración de alto el fuego.