CRÓNICA | «Nafarroa bizirik» en Iruñea
Invasores e invadidos, casi 500 años después de la conquista
A cuatro años del quinto aniversario de la pérdida de la independencia, el manifiesto «1512-2012, Nafarroa bizirik» sacó su demanda a la calle ayer por vez primera. La caravana de dantzaris, músicos y agricultores contrastaba con la de poli- cías uniformados y armados. No hizo falta explicar quién era el invadido y quién el invasor.
Ramón SOLA
La acumulación de actos de todo tipo en la tarde de ayer en Iruñea, además de dar la razón al lema «Navarra vive», hizo que la primera movilización del manifiesto 1512-2012 tuviera que partir desde la Plaza de Merindades. Lo hizo, por tanto, justo frente a la Delegación del Gobierno español. No fue ésta la única imagen simbólica de que la ocupación de hace cinco siglos no ha terminado. A la marcha festiva la «escoltaron», con la desmesura habitual en estas tierras, cuatro furgones con sus correspondientes agentes uniformados y armados.
Junto a ellos, el contrapunto; un pequeño desfile de nekazaris con sus layas, de dantzaris y de fanfarres que entonaban canciones con reminiscencias de aquel tiempo en que Nafarroa era un Estado independiente. Tiempos en que, como se recordó al final, Iruñea era una ciudad de apenas 10.000 habitantes que se vio ocupada por 15.000 soldados castellanos a las órdenes del Duque de Alba.
Han pasado casi cinco siglos, pero, como quedó de manifiesto en el paseo peatonal entre Merindades y la Plaza del Castillo, sigue habiendo invadidos e invasores. Y los vascos no han recuperado su independencia. En torno a este manifiesto se pretende conformar «una acción continuada de recuerdo de que nos robaron la independencia a sangre y fuego», como explicó el historiador Pedro Esarte, que intervino en castellano (el mensaje de la iniciativa sonó también en las otras dos lenguas de aquel Estado: euskara y francés).
La movilización fue sólo un primer paso para articular un movimiento social que dé mucho que hablar en 2012.