El 70% del PSN eleva a la secretaría general al oficialista Roberto Jiménez
Roberto Jiménez, el portavoz parlamentario que ha abanderado el apoyo a UPN desde el pasado agosto y el candidato impulsado desde Ferraz, obtuvo un triunfo cómodo, aunque no abrumador, en el IX Congreso del PSN. Los 158 votos obtenidos, frente a 64 de la candidata alternativa Amanda Acedo, le convierte en el nuevo líder del partido en un congreso más tranquilo de lo anunciado y que confirma la inexistencia de un sector crítico organizado y fuerte.
Ramón SOLA |
El 70% del PSN respalda la estrategia de pactos con UPN, mientras el 30% se decanta por una estrategia de mayor oposición. Este es el balance de la primera sesión del Congreso del PSN que se celebra en Burlata, en la que Roberto Jiménez se convirtió en secretario general -releva al fallecido Carlos Chivite- en detrimento de Amanda Acedo.
Tanto el debate como la votación resultaron mucho menos crispados de lo que gran parte de los medios venían vaticinando desde que Ferraz se ordenó al PSN ceder el Gobierno navarro a UPN, en agosto pasado. De hecho, el plenario aclamó casi por igual a Jiménez como a Acedo tras conocer el resultado de la votación. El vencedor felicitó expresamente a la derrotada y afirmó desde la tribuna que sus planteamientos «nos vendrán bien en el futuro como acicate. Gracias Amanda, pero sólo puede ganar uno». Y Acedo, por su parte, aseguró que esta cita «fortalece» al PSN.
En esta primera intervención, Jiménez se limitó a dar las gracias y saludar lo que denominó de «fiesta democrática», aunque en las últimas semanas han sido insistentes los rumores sobre maniobras subterráneas para revocar algunos avales comprometidos para Acedo. La parlamentaria sólo presentó la cifra requerida al mediodía de ayer, con el Congreso ya en marcha, mientras Jiménez lo había hecho sólo minutos después de abrirse el plazo, hace semanas.
Con UPN hasta 2011
El nuevo secretario general tiene 34 años, nació en Pitillas, inició su carrera política en el Ayuntamiento de Iruñea y tras un impasse fue repescado para la dirección en el pasado verano. Se guardó las concreciones para hoy -cuando intervendrá en la clausura del Congreso junto a José Luis Rodríguez Zapatero-, pero durante estas semanas no ha dejado duda de su posición claramente continuista respecto al camino marcado desde Ferraz en agosto pasado. Una posición que, de hecho, Jiménez ha liderado como portavoz parlamentario después de que el último cabeza de lista, Fernando Puras, dimitiera. Desde esa función, se ha encargado también de defender el apoyo a los presupuestos del Gabinete de Miguel Sanz o el llamado Plan Navarra 2012.
En los últimos días, Jiménez ha dejado claro además que no está en su agenda buscar un futuro acuerdo con Nafarroa Bai, coalición a la que ha tildado de inmadura. En línea con ello, ayer apuntó ante sus compañeros que su aspiración es «hacer posible el cambio en 2011», es decir, que asume sin género de duda el compromiso de «estabilidad» dado por Zapatero a Sanz para toda la legislatura en curso.
En paralelo, el Congreso que hoy concluirá con la elección del resto de la Ejecutiva ha confirmado la inexistencia de un sector crítico estable y fuerte, pese a las abundantes especulaciones al respecto. El discurso de Acedo ha sido ambiguo, aunque sí ha apostado por un mayor alejamiento respecto a UPN. Ha aglutinado a los descontentos con la decisión de agosto o a las juventudes del partido, pero sin albergar nunca opciones de victoria. Al final ni siquiera obtuvo apoyos que se daban por seguros inicialmente, como el del ex secretario general Juan José Lizarbe, uno de los hombres más influyentes entre las bases.
El run-rún de crisis interna marcó el inicio de este IX Congreso del PSN, aunque tanto los prolegómenos del mismo como la votación de ayer tarde hayan sido mucho más tranquilos de lo que se podía prever hace unos meses. Pero en la dirección federal no las tenían todas consigo aparentemente. De ello dio fe el discurso del presidente del PSOE, Manuel Chaves, que estuvo en Burlata para abrir las sesiones y lanzó un contundente mensaje en favor de la unidad, prácticamente una orden: «Somos un partido democrático, y lo que se apruebe aquí se convertirá en un mandato», afirmó.
Antes, el presidente de la mesa del Congreso también se había quejado de que en el PSOE tradicionalmente «hay demasiadas disputas expuestas a los cuatro vientos. Discutimos con demasiada facilidad en los medios, pero somos así; no sé si algún día cambiaremos, ni si es conveniente cambiar».
Chaves tampoco ocultó que Ferraz está siempre muy atento a lo que ocurre en Nafarroa. Empezó su intervención asegurando que «este Congreso es muy importante para la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, y también muy importante para el resto de los socialistas españoles y de la ciudadanía española. Ha despertado enormes expectativas a las que tenéis que responder».
Las tensiones provocadas por otra orden de Madrid, la de dar el Gobierno a UPN, se tocaron sólo de pasada en los discursos. Chaves, por ejemplo, dijo que «sé que no fue fácil, tampoco para la Ejecutiva Federal, pero lo aceptásteis y nadie se hundió. El PSOE actuó con responsabilidad», concluyó.
