Miramar acoge la sutileza de los dibujos de Elena Odriozola
El IV Congreso Ibérico sobre el Libro Infantil y Juvenil contó ayer con la inauguración de una exposición de dibujos de la ilustradora donostiarra Elena Odriozola. En total son 35 los trabajos que se pueden visitar hasta el 22 de julio en el Palacio Miramar de Donostia.
Rebeka CALVO | DONOSTIA
Los dibujos de Elena Odriozola te invitan a soñar, a entrar en un mundo delicado y de fantasía. Normalmente la manera de disfrutar de sus dibujos es hacerse con alguno de los numerosos libros que ha ilustrado, pero en esta ocasión 35 de sus trabajos se pueden ver fuera del contexto en el que fueron creados, aunque en un marco tan mágico como alguna de esas historias, en el Palacio Miramar de Donostia. Y es que el IV Congreso Ibérico sobre el Libro Infantil y Juvenil, que comenzó el jueves y que acaba hoy, acogió ayer la inauguración de una muestra con dibujos de Odriozola, que contó, además, con un pasacalles de Gorringo. La muestra puede visitarse hasta el próximo 22 de julio.
Los dibujos expuestos repasan de alguna manera los últimos cinco años de trabajo de Odriozola, aunque no lo hizo de manera premeditada; «son trabajos de diferentes libros, el más antiguo tiene cinco años. Los he escogido de manera que cada uno mostrara algo diferente», explica Odriozola.
Como creadora, sin embargo, se le hace duro ver sus anteriores trabajos. «Veo dibujos de hace años, incluso algunos de hace cinco años, y me parecen horrorosos. He ido cambiado y supongo que será por eso. Antes utilizaba acuarelas y ahora no las utilizo... he ido evolucionando. Es un proceso natural», señala.
Estos dibujos forman parte de series como «La bella mandarina», «Fin», «Zaharrak berri, euriak», «Marte y las princesas voladoras», «Begira Begira», «La sirenita y otros cuentos» o «Un regalo del cielo», entre otros, y en ellos la dibujante muestra su punto de vista sobre los diferentes temas que tratan las historias que le llegan.
«Yo no quiero conseguir nada en concreto, lo que busco es divertirme y disfrutar, y por supuesto, hacer algo bonito. Expreso lo que siento con mis dibujos, pero no busco nada más», aclara. «Si yo siento lo que hago y me gusta, es suficiente, por lo menos para mí», añade.
«Esta historia comenzó hace un año en Madrid, allí expuse en el espacio Sin Sentido. Después ellos se encargaron de llevar la muestra a Valladolid, Salamanca... y ahora toca aquí, en casa, y estoy muy contenta».