Jurgi San Pedro Licenciado en Derecho
Guggenheim 2? Oteiza, infinito
Hace 15 años, el maestro referente inmortal intervenía políticamente a través de la prensa diaria con una preocupación del momento y con nombre propio: la significación del Guggenheim en este instante político para este pueblo vasco. Por si a algún verdugo se le ocurre que esto pudiera ser apología del terrorismo, no voy a detenerme y centrarme en contar con pelos y señales lo que el maestro deja inscrito a todo pulmón en ese artículo enviado a todas las rotativas del espectro mediático-comunicativo del momento, y que se reproduce íntegramente en una de las obras de Jorge Oteiza escrita en memoria y homenaje del Arquitecto J.D. Fullaondo: «Estética del Huevo. Huevo y Laberinto. Mentalidad Vasca y Laberinto» (1995). Merece la pena el encuentro (o desencuentro.)
Quien para muchos no es más que un artista polifacético, incluso pensador revolucionario, difícil de leer y entender, y de merecido respeto íntimo, cerró así aquella opinión-ocasión intitulada «Se acabó el Guggenheim. Carta abierta al Consejero» (13-V-1993): «No era mi intención prolongarme aquí con estas acusaciones que habrán de ser bien analizadas y juzgadas cuando tengamos un Parlamento que sirva y cambie políticamente todo. Me detengo aquí, me atengo a la amenaza que contiene el titular de este escrito. Digo que me da miedo la lentitud, indecisión, debilidad, tanta injusticia en el poder, que nos obliga a buscar y tomar justicia por nuestra cuenta».
Cada uno es libre de su pensar. Los pensamientos no se pueden encerrar en jaulas. Somos parte soñadora de una cronología que une nuestro pasado con nuestro futuro, más allá de efímeras cronologías. Somos parte de un Pueblo en vías de Soberanía y no de un hispano-pastiche-país privatizado por los gigantes.
¿No os da pavor pensar en «otro Guggen» en Astra de Gernika, con obra de Oteiza profanada por transaccionada sin su consentimiento, y un Guernica «prestado por favor», por un rato en su interior? Ah! Y bien rodeado de bandera USA-Spain... A mí me da pavor, por muchas razones. Comparto aquí preocupaciones, por si hubiera alguna interesada en abrir diálogo sobre ello:
1.- Se busca destruir el espacio elegido por el Pueblo de Gernika como generador y organizador de activas experiencias autogestionarias de agendas culturales endógenas referenciales en la comarca de Busturialdea y del resto del mundo.
2.- Se menosprecia de nuevo el talento y las creaciones artísticas propias de proyección internacional en todos los campos, para permitir la invasión de propuestas de muestra de Arte confeccionados desde Nueva York, como sí fuéramos huérfanos.
3.- El vocero de esa Partitocracia, en fase de decadencia irreversible, y diputado general, desconoce el origen institucional del cargo que ocupa, como mediador y no como dictador en el espacio de la histórica Merindad de Busturia. El estilo impositivo de su discurso recuerda a las historias de los jauntxos. Busturialdea se respeta, txo!
4.- Cuando pensamos en Gernika sin Gernika hablamos de demasiado simbólico-imaginario enraizado en nuestra identidad y aspiraciones soberanas como para ofrecer su venta así y está vez al sionismo newyorkino.
5.- Cuando hablamos de Gernika con Gernika, hablamos de la necesidad de ser nosotras, y estar con nosotras, sin necesidad de ser como ellos, de ser parte de sus negocios y riquezas que pagamos todos -decírselo al confeso ladrón Cearsolo y a sus valedores institucionales-.
Tenemos nuestra despensa de Arte repleta para cualquier acción cultural. Tenemos nuestras casas y txokos saturados de universales historias y pinacotecas míticas que podrían conmover al más desdichado judío errante y sus amigos. Tenemos nuestro propio imaginario, nuestro propio arte y no cobramos por mostrarlo, le diría a esa Fundación sionista. Tenemos una originaria topología mítica, una única poética lingüística, que atrapa a estudiosos de las singularidades antropocéntricas europeas. Claro, es que somos parte de una cultura que sigue siendo perseguida por su esencia libertaria, preindoeuropea, espontáneamente autodeterminada, eusk(u)erica como ya nos advertía el Maestro.
Somos incontables en este pueblo milenario quienes, agraciados de una humilde naturalidad ética, no pisamos por dinero mercados vendidos como templos, que no nos pertenecen, pero por los que debemos pagar tasa de lujo, como si fuéramos los que visitáramos esos espantos por su modo de nacimiento, como fueron los hijos no deseados impuestos como reyes.
Conmueven todavía hoy intervenciones institucionales reaccionarias a esta serie de realidades sociológicas y culturales propias. Como si esta comarca de Busturialdea, consciente de formar parte de una nación ninguneada por sionistas, entre otros, fuera incapaz de formular y ejecutar sus propias estrategias de desarrollo socio-cultural y económico desde criterios de lo propio, de lo que nos singulariza y que a tanto mundo cautiva.
Excmo. diputado general de las Juntas Generales de Vizcaya a este Pueblo de Busturialdea, que es de Euskal Herria, le sobran historias míticas y pictóricas para organizar, atraer y despertar fascinación a infinitos contingentes humanos «turistas» que se dejan la divisa además de solidarizarse desde hace tiempo ya, en cubos, cilindros y conos arquitectónicos construidos por nosotros, sin intermediarios. No hay necesidad de plantar en esta tierra sagrada semejantes clubs privados, símbolos de la muerte y el genocidio que lejos de reforzar nuestra atractiva singularidad internacional, llegan para dilapidarla y marcarnos el ritmo de evolución cultural, incluso nuestros rituales de fiesta, entre otras «liviandades». Guggenheim-ik ez eskerrik asko!