Según denuncian los sindicatos vascos del sector, nuestra agroganadería atraviesa una «situación crítica». Si las administraciones siguen con las políticas agroganaderas actuales, «estamos condenados a desaparecer», dicen.

Esta situación es la consecuencia de la imposición, en Europa, de una política agraria neoliberal, PAC, que perjudica también a los consumidores. «Hablan de autosuficiencia energética e industrial, pero no dicen que, para nuestra alimentación, dependemos cada vez más de las importaciones», dependencia que nos hace peligrosamente vulnerables ante posibles bloqueos de carácter político... y porque estamos en deuda con los baserritarras, que han vivido y trabajado durante muchas generaciones en el medio rural, de sol a sol, en condiciones precarias, sin disponer de los servicios que eran habituales en el medio urbano.

Gracias a ellos, aún podemos disfrutar en Euskal Herria de una naturaleza espléndida, si exceptuamos las zonas afectadas por infraestructuras de impacto negativo (canteras, autopistas, urbanización intensiva, campos de golf, TAV...). Nuestras instituciones tienen que esforzarse en proteger, consolidar y rentabilizar el sector agropecuario vasco, dotándole de los equipamientos necesarios para dignificar y estimular la vida y el trabajo en el campo... Y los consumidores tenemos que comprar sus productos.