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Demanda de autogobierno en flandes

Bélgica no puede superar la crisis territorial

La imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre la reforma institucional que se reclama desde Flandes ha sido el detonante de la dimisión del primer ministro belga, Yves Leterme, que venció en las elecciones de junio de 2007 con un programa en el que destacaba esta demanda. Leterme sólo ha podido permanecer cuatro meses como primer ministro. Desde los partidos flamencos se culpa a la intransigencia valona de la imposibilidad de alcanzar un acuerdo.

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Martxelo DÍAZ | IRUÑEA

«Bélgica es un Estado completamente fracasado», señaló a GARA Piet de Zaeger, portavoz del partido independentista flamenco N-VA, a la hora de definir la situación que se vive actualmente tras la dimisión de Yves Leterme. Se trata de una opinión cada vez más extendida en la población flamenca.

El N-VA concurrió en coalición con el CD&V, el partido cristianodemócrata flamenco de Yves Leterme, en las ya lejanas elecciones de junio de 2007. Formaron el Vlaams Kartel (Coalición Flamenca) con un programa basado en el reconocimiento de las reivindicaciones de mayor autogobierno para Flandes. Con ese programa vencieron no sólo en Flandes, sino en el Estado belga, imponiéndose al liberal VLD del entonces primer ministro Guy Verhofstadt.

Tras las elecciones, se necesitaron nueve meses para formar el Gobierno que acaba de presentar su dimisión. Se formó en marzo, por lo que apenas ha durado cuatro meses. Ni la mitad de lo que se necesitó para formarlo entre cinco partidos, dos flamencos y tres valones.

El N-VA no formó parte del Gobierno pese a su coalición con el CD&V. «No estábamos de acuerdo con este pacto, porque veíamos que no era lo que verdaderamente necesitaban Flandes y Valonia si querían alcanzar una solución. En el seno de este Gobierno no se podía entablar un verdadero diálogo entre Flandes y Valonia, que es lo que nosotros demandamos», explica De Zaeger.

Apenas cuatro meses

Cuatro meses después ese Gobierno ha presentado su dimisión ante la imposibilidad de avanzar en la reforma del Estado belga para satisfacer las demandas de autogobierno flamenco, que era su principal -o único- objetivo.

A grandes rasgos, en el Estado belga, Flandes es la parte rica y Valonia, la pobre. No siempre ha sido así, pero la industria pesada valona, base de su riqueza, no pudo sobrevivir y hoy es un país en el que muchos de sus habitantes viven de los subsidios.

Con este escenario, la reforma de la Seguridad Social ha sido uno de los obstáculos que Leterme no ha podido superar. Actualmente, existe una caja de Seguridad Social federal. En Flandes se reclama que se creen dos cajas, una para flamencos y otra para valones. Incluso, están dispuestos a seguir financiando, tal y como hacen ahora, el desequilibrio que padecen los valones.

El objetivo flamenco es gestionar sus recursos para garantizar las pensiones a sus ciudadanos en un escenario, el europeo, en el que el envejecimiento de la población puede poner en riesgo este sistema.

Desde Valonia, no se quiere asumir esta demanda, al considerar que saldrían perdiendo económicamente.

La reforma del distrito electoral de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), un ejemplo de la complejidad del sistema belga, ha sido otra de las demandas flamencas que no se han satisfecho. Los flamencos consideran que los habitantes valones de este distrito tienen privilegios respecto a los flamencos. La cuestión ha llegado hasta los tribunales, hasta el punto de que el presidente del Constitucional belga, Marc Bossuyt, advirtió de que unas elecciones federales con el distrito BHV en vigor podrían ser declaradas inconstitucionales y ser anuladas.

Se descartan elecciones

De Zaeger apunta a esta circunstancia a la hora de descartar que la salida a la crisis del Gobierno de Leterme sea una convocatoria electoral anticipada. «Cualquier ciudadano flamenco que presente una demanda por discriminación podría anular las elecciones», destaca.

En este sentido, el portavoz del N-VA añade que en Bélgica el voto no es un derecho sino un deber. Por ello, la abstención en las elecciones está penada legalmente. «Sin embargo, en las pasadas elecciones fueron muchos quienes se negaron a votar. Y los jueces flamencos no les castigaron», recuerda.

Unos comicios en las condiciones actuales en los que se registraran altos niveles de abstención militante podrían profundizar aún más la crisis del Estado belga, por lo que todos los partidos del sistema, con el rey Alberto II a la cabeza, han descartado categóricamente esta posibilidad.

A juicio de De Zaeger -una opinión compartida por otros partidos flamencos-, la responsabilidad de la dimisión del Gobierno de Leterme corresponde a las formaciones valonas, por lo que deberían ser estos partidos los encargados de formar el nuevo Gobierno belga. «Lo que es evidente es que el momento de Leterme ya ha pasado. Los políticos francófonos tendrán que asumir, por una vez, su responsabilidad en lugar de seguir culpando de todos sus males a los flamencos», añade De Zaeger.

Reacciones valones

Didier Reynders, líder del liberal valón MR -miembro del Gobierno-, es el favorito para convertirse en el primer valón que dirige el Gobierno belga desde 1978. «Estoy desolado porque todo el trabajo socioeconómico que hemos desarrollado está en peligro», declaró ayer.

El PS valón -otro de los socios de la coalición de Gobierno-, lamentó la decisión de Leterme de presentar su dimisión al rey «en un momento en el que sentíamos que las negociaciones institucionales podían realizarse en un contexto constructivo y positivo».

El ex democristiano valón CDH, otro socio de la coalición de Gobierno, también criticó a Leterme por presentar su dimisión «en un momento en el que las negociaciones avanzaban, únicamente por intereses electorales de CD&V/N-VA».

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Didier Reynders, dirigente del partido MR, liberal valón y segunda fuerza más votada de Bélgica, aparece como el candidato a suceder a Leterme con más posibilidades.

Crisis institucional

23 de junio de 2007

La coalición de CD&V y N-VA se impone en las elecciones belgas con un programa en el que destaca la necesidad de llevar a cabo una profunda reforma del vigente sistema territorial.

15 de julio de 2007

El rey encarga a Yves Leterme la formación del Gobierno. Se suceden fracasos (23 de agosto, 1 de diciembre), pero Alberto II sigue manteniendo al líder de la CD&V la responsabilidad de formar el Ejecutivo.

21 de diciembre de 2007

Guy Verhofstadt (VLD, liberal flamenco) forma un Gobierno de transición con el objetivo de sacar al país de la parálisis institucional en la que está sumido a la espera del Gobierno definitivo de Leterme.

25 de febrero de 2008

Los principales partidos flamencos y valones acuerdan una reforma limitada del Estado, pero que no entra en las cuestiones que se encuentran en el origen de la crisis que sacude al Estado belga.

20 de marzo de 2008

Yves Leterme es nombrado primer ministro belga por el rey Alberto II. Su objetivo es impulsar la reforma estructural del Estado. El 15 de julio termina el plazo fijado para ello y arroja la toalla.

El rey Alberto II ya ha comenzado las consultas para formar Gobierno

El rey Alberto II comenzó ayer de nuevo su ya casi habitual tarea de celebrar consultas con los líderes de los partidos para intentar formar un nuevo Gobierno.

Según informó la agencia Belga, por el Palacio de Laeken pasaron ayer sucesivamente el presidente del Senado, Armand de Decker (MR); los ministros-presidentes de Flandes, Kris Peters (CD&V); Valonia, Rudy Demotte (PS); de la región de Bruselas, Charles Picqué (PS) y del Gobierno de la comunidad de habla alemana, Karl-Heinz Lambertz (SP). Se prevé que el rey continúe hoy con las consultas para evitar unas elecciones que nadie quiere y todos temen.

Mark van den Wingjaert, profesor de la Universidad Católica Flamenca de Bruselas y especialista en la Casa Real belga, estimaba que el proceso de consultas podría prolongarse varios días, incluso hasta el final de la semana

Nada más presentarse la dimisión de Leterme, el lunes por la noche, acudieron a Laeken el presidente del Parlamento, Herman van Rompuy (CD&V), y los viceprimeros ministros y ministros de las Reformas Institucionales, Didier Reynders (MR) y Jo Vandeurzen (CD&V). La información de Belga destacaba que «la prioridad en el orden de las consultas refleja que la crisis es institucional».

Durante la tarde de ayer, los partidos valones -tanto los que formaban parte de la coalición de Gobierno como otros que no como Ecolo- se reunieron para buscar una respuesta común a la dimisión de Leterme. Preguntado por la hipótesis de que el liberal valón Didier Reynders pudiera presidir el nuevo Gobierno, el presidente del PS, Elio di Rupo, señaló, a la entrada de esta reunión, que no veía mal esta opción, añadiendo que «el futuro primer ministro debe ser capaz de asegurar la cohesión de un equipo» y que «los francófonos no deberíamos pagar un precio demasiado elevado por esta eventual designación».

La presidente del ex cristianodemócrata CDH, Joëlle Milquet, realizó una valoración similar a la de Di Rupo.

En cualquier caso, ambos recordaron que la designación del primer ministro es una prerrogativa real y que, oficialmente, aún no ha tomado ninguna decisión sobre si acepta o no la dimisión de Yves Leterme.

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