Euskal Herria, escenario de lujo para el rock & roll
Las cosas han evolucionado mucho desde que, a principios de los 80, Hertzainak cantara aquello de «EAJ-PNV-k ez du maite rokanrolik». Ahora, no es difícil ver en algunos medios de comunicación a todo un diputado general de Bizkaia como José Luis Bilbao con chupa de cuero y vaqueros en los prolegómenos de uno de los espectaculares macroconciertos que jalonan el verano vasco. Iron Maiden, Rem, The Police, Bob Dylan, Tom Waits, Bruce Springsteen... Es todo un placer, un lujo, tener la oportunidad de ver y escuchar en Euskal Herria a las grandes estrellas del firmamento del rock and roll. Un lujo que invita a una reflexión un poco más reposada.
Con el apoyo decidido a este modelo elitista -el precio de las entradas está a la altura de los suntuosos cachés-, las instituciones públicas buscan un potente altavoz para sus necesidades de imagen y un complemento de alto atractivo para sus planes estratégicos en el ámbito turístico. Una apuesta ganadora de inmediato rendimiento que para los aficionados sólo plantea un problema: decidir dónde gastar su dinero, porque para todo no llega.
Dilapidado el caudal estival, cuando las estrellas se vayan con las primeras lluvias, el panorama recobrará en Euskal Herria su habitual tono gris para tantos y tantos pequeños grupos que buscan un local, una oportunidad, un empujón...