Tras la lectura del reportaje publicado 7 de Julio en GARA, sobre el amianto y el enfermo de Luzuriaga, me veo obligado a expresar mi cabreo. Antes, manifestar mi agradecimiento y felicitación personal por el liderazgo de GARA en la denuncia de la catástrofe sanitaria del amianto. Estamos en los prolegómenos de miles de muertes prematuras por cáncer, en trabajadores y trabajadoras que estuvimos expuestos a la fibra cancerígena, sin ninguna información. El apoyo periodístico se agradece. A partir de aquí:

a) Manifestar una vez más mi hastío y cabreo por las fobias de J. Basterra contra CCOO Euskadi, a cuya dirección pertenezco. La manipulación periodística no es ética, ni de izquierdas confundir a lectores y lectoras. Falta a la verdad y trata de confundir sobre el compromiso sindical.

b) Quien leyó el artículo, sacó una conclusión: Existen unos sindicatos (incluido CCOO) empeñados en ocultar, junto con el empresario, la existencia del amianto asesino y otros, incluido su sindicato (LAB), denunciando la existencia de amianto. Lo siento compañero, se dice que se le pilla antes al mentiroso que al cojo. Sinceramente, me gustaría y deseo un mayor compromiso del resto de las fuerzas, pero a cada uno lo suyo.

c) J.B. conoce tras entrevistar a J.L. Aranburu, enfermo tras toda una vida en V. Luzuriaga, actual Fagor, con muchos años en LAB, cuyo delegado sindical, conocedor de la enfermedad, sólo se acerca para pedir el voto en las elecciones sindicales y no le informa de lo tratado en Comité de Seguridad y Salud de FAGOR, con relación a su enfermedad o porque acude a otro sindicato. ¿Cómo consiguió conectar para la entrevista? Esa información no interesa.

d) Es mentira lo que escribe de Michelín Vitoria. ¿Quién consiguió que Osalan volviera a reabrir la investigación con la Sentencia del TSJPV que evidencia la existencia de amianto en Michelín? ¿Por qué un luchador como Javier Martínez se afilió a CCOO, pese a su implicación anterior en listas de LAB? Hay «pasotismos» que no deberían silenciarse, aunque considero inaceptable calumniar a otros, para limpiar errores de los tuyos.