El sábado tendrá lugar en la plaza de Urduña una cacerolada para exigir al Consistorio que retire la denuncia interpuesta contra diez miembros de la Gazte Asanblada por pintar la fachada del edificio de la Alhóndiga. Bajo la acusación de «dañar el patrimonio histórico», piden para los cuatro jóvenes mayores de edad una pena de prisión de 18 meses y una multa aproximada de 4.500 euros, además de una sanción conjunta de 4.425 euros. Los seis menores aún no han recibido la petición de pena.

Según han censurado el colectivo de jóvenes y las madres y padres de las personas denunciadas, en el pleno extraordinario de ayer el PNV «insistió en su cerrazón de mantener la denuncia a pesar de la petición de los imputados, sus madres y padres y de la mayoría social y política de la ciudad de Urduña». La petición de retirada de la denuncia recibió tres votos en favor, dos de URE y uno de IU, y seis en contra, cinco del PNV y uno del PP, por lo que el Ayuntamiento sigue adelante con la demanda a los jóvenes (con la pena de cárcel incluida).

La Gazte Asanblada ha criticado que en el pleno tampoco se planteó la importancia de concederle un local para que las futuras generaciones no tengan la necesidad de ocupar ningún edificio para llevar a cabo sus actividades.

El colectivo de jóvenes ha querido realizar algunas aclaraciones para dar a conocer la realidad que está viviendo: «El PNV de Urduña gobierna con 732 votos sobre un censo de 3.500 votantes (dato aproximado) y tiene una concejala que no le corresponde, con el cargo de concejala de juventud entre otros», explican. Agregan que las madres y padres de los imputados han recogido 1.466 firmas particulares (es decir, el doble de los votos que tiene el PNV para gobernar) y el apoyo de más de 25 grupos culturales, deportivos, sindicales y partidos políticos (la mayoría social y política de Urduña).

Mandaron a la Ertzaintza

Recuerdan que hace diez años se reunieron numerosas personas con la finalidad de dinamizar a la juventud del pueblo formando de esta manera la Gazte Asanblada.

Tras años reuniéndose en la calle, en 1999 el Ayuntamiento les cedió un local en el edificio de la Aduana, al igual que al resto de grupos culturales y deportivos. En 2003, debido al acondicionamiento del balneario, fueron realojados en la antigua plaza del mercado.

Pero en enero de 2007 el mercado viejo fue derribado para construir viviendas, y los intentos de negociación de la Gazte Asanblada con el Consistorio para poder disponer y gestionar un local fueron infructuosos. Por lo tanto, los jóvenes decidieron entrar en los bajos del edificio de la Alhóndiga, cuya rehabilitación estaba pendiente de efectuarse tras sufrir un incendio.

Durante los cuatro días de estancia en el mismo, los jóvenes pintaron parte del cemento revocado de la fachada de color azul y cepillaron la piedra con la intención de acondicionarlo.

El Ayuntamiento, frente a ello, envió a la Ertzaintza, que identificó a veintisiete jóvenes, sin que hubiera altercado alguno, y al cuarto día procedió al desalojo de la casa. Diez jóvenes recibieron la denuncia del Consistorio.