En una entrevista concedida a GARA tras el final de la temporada 2006/07, Nieves Alza se mostraba esperanzada y con su habitual energía. «Hemos demostrado que, por estructura deportiva, podemos crecer, pero lo haremos sólo en tanto en cuanto la sociedad y las instituciones quieran».

En una temporada que invitaba a la esperanza, Hondarribia-Irun había rozado la final de la Copa, llegado a octavos de final de la Women Eurocup y se había visto eliminada de la Liga Femenina por un UB Barcelona imparable. Por fin, Txingudi Saskibaloi Elkartea se daba de alta en la Seguridad Social y aceptaba un presupuesto de 1.100.000 ¤. Sin embargo, el club hondarribiarra debía renunciar a la Euroliga. Las palabras de Nieves Alza sonaban proféticas. «El Gobierno Vasco ha tenido que hacer una Ley de Igualdad a todos los niveles para que las mujeres tengan los mismos derechos a todos los niveles. ¿Qué no podemos decir del deporte?».

Una temporada después, el motor del baloncesto femenino en Gipuzkoa, para pasmo de propios y extraños, se gripaba definitivamente. «Aunque la gente no se lo crea, Nieves Alza no se presentará a la reelección. Es muy triste que tras 34 años de vida, habiendo llegado a donde hemos llegado, que nadie se anime ni tenga lo que hay que tener para sacar este club adelante». Después de la dimisión irrevocable de Nieves Alza y sin que se presentara ninguna candidatura oficial, el hasta entonces vicepresidente y director deportivo José Mari Izagirre asumía de forma interina el cargo de Alza.

«El cansancio producido de ver que la respuesta no es semejante al esfuerzo la ha hecho desistir. Hay que ver que para la temporada que viene vamos a bajar nuestro presupuesto a 650.000 ¤. El dinero de las instituciones se va a mantener, pero los sponsors privados son mucho menores», comentaba el presidente en funciones.

Por eso, la entidad hondarribiarra ha convocado una asamblea general extraordinaria para este fin de semana, a celebrarse en los locales del Club situados en los bajos de Hondartza Kiroldegia de Hondarribia, en primera convocatoria mañana a las 11.30, en segunda convocatoria el mismo día a las 12.00 y en tercera convocatoria pasado mañana a las 12.00 y en el mismo lugar, con un único punto en el orden del día: Aprobar el calendario electoral. José Mari Izagirre se muestra optimista. «Esperamos que se pueda presentar algún candidato. En ese caso, se fijaría el calendario para elegir al nuevo presidente y una nueva directiva, de modo que el proceso se culminaría a finales de agosto o principios de setiembre».

De hecho, el propio Izagirre estudia presentarse como candidato «con gente de esta directiva y otras personas de fuera», según sus palabras. Pero nada está garantizado. Ni siquiera la supervivencia del club en caso de no aparecer un candidato. «De no haber ningún candidato, el club llamaría otra asamblea extraordinaria para iniciar el proceso de disolución», confiesa Izagirre.

Dificultades económicas

La crisis económica. Muy en concreto la del «ladrillo», uno de los mecenas habituales del baloncesto femenino, ha dejado temblando a los equipos de la Liga Femenina. Pero además, el deporte profesional femenino sabe que siempre lo tendrá más difícil.

José Mari izagirre se queja amargamente de tantas dificultades. «Los sponsors fuertes que teníamos lo han dejado. Y si la crisis dificulta sacar adelante a clubs profesionales masculinos, estas dificultades aumentan para formar un equipo femenino. Además, tenemos una entidad como ETB que, a pesar de que ha firmado la Ley de Igualdad, ha sido incapaz de emitirnos un solo partido. Pero nos hemos inscrito en la Liga Femenina, aunque con una plantilla humilde y el objetivo de mantenernos en la categoría».

Así, son las entidades públicas las que sostienen a Hondarribia-Irun. El Diputado de Deportes de la Diputación de Gipuzkoa, Iñaki Galdos, declaraba que el ente foral «prevé doblar la aportación económica al club bidasoarra a través de un convenio para los cuatro próximos años, pero un club de élite debe resultar atractivo para los patrocinadores y saber autogestionarse sin depender de ayudas». Futuro tormentoso.