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Diez citas que no hay que perderse

Mikel CHAMIZO

Como 101 es un número inabarcable de recitales, el melómano o el curioso que quiera acercarse este verano a Donostia para escuchar música clásica tendrá que escoger entre las variadas propuestas que oferta la Quincena Musical. Aunque el programa no parece tan rimbombante como en ediciones anteriores, este año casi todos los ciclos cobijan algún concierto excepcional. A la manera de un top ten, y en orden cronológico, éstos son los diez conciertos imprescindibles que proponemos desde aquí.

La primera cita realmente potente llegará tras dos semanas de iniciada la Quincena, el 19 de agosto, con la actuación del sopranista Philippe Jaroussky, que está enloqueciendo a los fanáticos del canto antiguo gracias a una voz de flexibilidad y brillo sin igual. Unos días más tarde, el 23, 24 y 25, actuará en el Kursaal el Ballet Flamenco de Sara Baras con «Carmen». Quien haya visto a Baras en directo ya sabe hasta qué punto llega el magisterio de esta mujer. Después, el 26, el Kursaal vivirá uno de los grandes eventos de esta Quincena, con la actuación de la gigantesca Gustav Mahler Jugendorchester. La orquesta es buena, sí, pero lo verdaderamente excepcional será poder ver a Sir Colin Davis, uno de los mejores directores de las últimas décadas, y además dirigiendo obras de Berlioz y Sibelius, sus dos grandes especialidades. En cuanto a la música de cámara, no habría que perderse, el 27, el recital de Zimmermann, Zacharias y Schiff, que tocarán tríos con piano de Schubert. Antes de llegar a la Filarmónica Checa, orquesta excepcional que actuará los días 30 y 31 con programas complejísimos en torno a Mahler y R. Strauss, nos encontramos en el camino a la Orquesta Nacional de España, enfrentándose a una «Canción de la Tierra» de Mahler el día 29. Nada excepcional, si no fuera porque los solistas vocales son nada menos que Petra Lang y Ben Heppner, primeras figuras mundiales en sus respectivas cuerdas. Hacia el final del Festival, el 1 de setiembre, nos encontramos con la cita operística más llamativa, la «Iolanta», de Chaicosqui, de manos del especialista Tugan Sokhiev y con solistas del Teatro Mariinsky de San Petersburgo. El mismo día y, por desgracia, a la misma hora, actúa también el Cuarteto Arditti.

La Quincena terminará por todo lo alto, el 5 y 6 de setiembre, con un doble homenaje a Oliver Messiaen dirigido por uno de los mejores directores de música del siglo XX, Silvain Cambreling, frente a la notable Orquesta de Baden-Baden.

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