El Tour no entraba en su calendario de la temporada, en el que tenía el primer objetivo de preparar fuerte el inicio de año para ser uno de los líderes de su equipo en la París Niza y en la Vuelta al País Vasco. No pudo reeditar el gran nivel dado el año pasado en la prueba gala, pero no hay mal que por bien no venga y eso le ha permitido alcanzar su mejor nivel antes del Tour en la Dauphiné y ganarse una plaza para la mejor prueba del calendario. Lamenta que el estado de forma que tuvo todo el equipo en la Dauphiné no lo haya encontrado en las primeras semanas del Tour, pero entiende que lo que le ha pasado a él y a Valverde no responde a que han alcanzado su mejor nivel antes de tiempo.

¿Cómo ha llegado a un Tour que no entraba en su calendario previsto para esta temporada?

El principio de año no salió como esperaba. Hizo mal tiempo en esa época y me costó coger la forma para París Niza, que era mi primer objetivo del año. Tuve una caída y con el mal tiempo que encontramos en París Niza, caí enfermo y en el primer ciclo previsto hasta País Vasco todo se complicó. Luego en las clásicas fui mejor, corrí Romandía y ya acudí a la Dauphiné con la idea de ir al Tour. Preparé bien esa época y es cuando mejor me he encontrado, afinando la preparación para venir aquí en las mejores condiciones posibles.

Ha sido el segundo mejor vasco en los Pirineos tras Astarloza, ¿esperaba estar a ese nivel?

Creo que debería ir un poco mejor. El test de la Dauphiné fue demasiado bueno para mí y para el equipo. Allí todo funcionó muy bien y aquí también comenzamos fuertes y ya hemos ganado dos etapas, pero la general se ha torcido un poco.

¿Entiende que tanto Valverde como todo el equipo han cogido la mejor forma antes de tiempo?

No tiene por qué ser eso. Ahora es fácil decirlo, pero Alejandro estaba muy bien al inicio del Tour y llegó con pocos días de competición. Yo tras la Dauphiné también tuve un accidente con un coche y no he llegado como quería, me ha faltado un poco de ritmo y en la primera mitad del Tour lo he acusado, pero al final espero acabar la carrera un poco mejor.

Pero pese a todo estuvo con los mejores en la primera etapa pirenaica y en el Tourmalet...

Me quedé a falta de tres kilómetros para el alto, un poco antes que Alejandro. Luego coronando el Tourmalet vimos que era imposible empalmar. Si el grupo de Alejandro hubiera empalmado, habrían parado los de adelante y podríamos haber entrado. Pero como por delante estaba la persecución y los dos grupos iban a tope resultaba imposible volver a entrar, esperamos una grupetilla y fuimos tranquilos.

¿El tiempo perdido por los líderes en esa etapa va a permitir a todo el equipo tener menos responsabilidad en el control de la carrera y más libertad de movimientos?

Está claro que ahora no tenemos nada que defender y que todos los corredores tenemos que intentar entrar en escapadas. Lo que pasó a Alejandro Valverde y Óscar Pereiro nos da más libertad para todo el equipo para jugar nuestras bazas y las opciones de cada corredor. Juntos somos un buen equipo, pero por separado tenemos muchos corredores capaces de buscar el lucimiento personal.

Porque al comienzo del Tour les tocó trabajar para ganar la primera etapa y defender el liderato y las opciones de Valverde...

Pero tampoco nos ha supuesto un gran esfuerzo y el trabajo que hemos hecho se recompensa con la euforia que te da ganar o llevar el liderato. Son esfuerzos que te compensan de largo.

Si espera estar mejor con el paso de los días, ¿puede intentarlo en las etapas de los Alpes?

Hasta ahora en Pirineos me he visto bastante bien en las subidas, pero con falta de ritmo y con el cansancio de la primera semana. No encontraba el ritmo que deseaba en el llano. La pena es que no he conseguido venir como me gustaría haber llegado por las sensaciones que tenía antes. Según estaba y tal como me veía en los entrenamientos antes del Tour, venía con la idea de hacer algo importante, de trabajar para Alejandro y de coger un día una escapada y disputar una etapa. Ganar está muy caro, pero por lo menos verte con la cosa de que disputas una victoria. Según pasan los días espero ir a mejor y con estas etapas más tranquilas de los últimos días confío en que para los Alpes me encuentre bien para intentarlo.

En el primero justo me puse enfermo a un par de días de terminar y por dos etapas no pude acabarlo. Me quedé con los compañeros del Euskaltel y viví el último día de los Campos Elíseos, que es una cosa emocionante. Lo único que tengo es la ilusión de poder llegar hasta allí en bicicleta.

Tras el cambio de calendario para correr el Tour, ¿va a ir a la Vuelta a final de temporada?

Todavía no lo sabemos porque el calendario lo tenemos definido hasta el Tour. Cuando acabe sabremos lo que viene luego.

Se le ve muy bien integrado en su equipo. ¿Eso influye en el salto de calidad del pasado año?

Sí, en este equipo hay muy buen ambiente. Es un bloque que ya estaba hecho cuando he llegado la pasada temporada y me han acogido muy bien. Este ambiente provoca que cuando vayas a las carreras lo hagas para disfrutar y dentro de lo duro que es este deporte, al final todo influye en el rendimiento que puedes dar.

¿Ha vivido de una manera especial todo lo que le ha pasado al equipo Saunier Duval en el Tour?

Sí, porque tengo muchos amigos, especialmente Sabino Angoitia, que ha sido muchos años mi director. Lo conocí cuando era juvenil y ha sido quien me ha traído hasta donde estoy ahora. Además es mi representante, el que me pasó a profesionales con el Baqué, fue el que luego me llevó al Euskaltel y con el que decidimos venir a Caisse d'Epargne. Es la persona más importante en mi carrera deportiva.

Joseba ITURRIA