El descubrimiento de un nuevo caso de espionaje en este país, en este caso sobre GARA, sigue siendo objeto de reacciones. Ayer, tanto Askatasuna como las portavoces de la izquierda abertzale Marian Beitialarrangoitia y Mariné Pueyo valoraron que las escuchas que desde la Policía española se han realizado a la redacción de este diario en Iruñea «demuestran que en Euskal Herria vivimos en un estado de excepción».

El organismo antirrepresivo hizo público un comunicado en el que considera que las escuchas «son parte de la estrategia que está desarrollando el Gobierno español para acabar con cualquier voz disidente». «Todo vale para acabar con la disidencia, especialmente en Euskal Herria» apunta Askatasuna, para recordar que «anteriormente también hemos conocido casos de persecución policiales y judicial contra medios de comunicación, que han acabado incluso con el cierre de medios».

«No es un caso aislado»

A este respecto, denuncia «la total impunidad que los aparatos del gobierno del PSOE, los aparatos que crearon el GAL por tanto, tienen para hacer lo que quieren sin ningún tipo de control» porque, para Askatasuna, «éste no es un caso aislado, sino la punta del iceberg». «Más de una vez hemos denunciado la persecución que sufren diferentes sectores y agentes de Euskal Herria», agrega la nota, citando el espionaje político, los seguimientos, los interrogatorios ilegales, las palizas...

Por este motivo, desde el organismo antirrepresivo hacen un llamamiento a que «frente a esa persecución y esa impunidad», la sociedad siga movilizándose y organizándose.

Pueyo y Beitialarrangoitia, en la rueda de prensa ofrecida ayer en Donostia, valoraron que las escuchas a GARA «atentan directamente contra derechos fundamentales, como es la libertad de expresión».

«Es verdad que en la izquierda abertzale sabemos ya demasiado de estas cuestiones y de la impunidad que les ampara para realizarlas, pero no vamos a dejar por ello de denunciarlas una y mil veces, y de intentar trabajar con todas nuestras fuerzas poniendo todos los medios necesarios para que estas situaciones no se vuelvan a repetir», manifestaron a este respecto las portavoces independentistas.

Este nuevo caso de espionaje, que el Ministerio del Interior desmintió el jueves en una escueta nota, se descubrió al hacer unas gestiones con Telefónica para cambiar la ubicación de una línea en Iruñea.