La fuente de neutrones, pendiente de una decisión política
La decisión sobre dónde se instalará la fuente europea de neutrones por espalación puede adoptarse el próximo 7 de diciembre, aunque una primera pista será el informe científico que se publique en agosto. Lakua se prepara para ganar la candidatura para Zamudio ante Suecia y Hungría, pero los criterios decisivos serán políticos y ahí serán París, o Londres quienes decidan, por lo que el proyecto vasco depende del interés del Gobierno español para negociar.
Pablo RUIZ DE ARETXABALETA | GASTEIZ
Los próximos meses pueden ser decisivos para saber si el proyecto de la fuente europea de neutrones por espalación de Bizkaia (ESS-Bilbao) saldrá adelante. Pero no serán razones científicas las que decidan si Bizkaia es la sede elegida para instalar esta infraestructura. «Sarkozy dará el banderazo de salida», asegura el director de Tecnología del Departamento de Industria del Gobierno de Lakua, Alberto Fernández. El Estado francés y Gran Bretaña van a ser la clave.
La candidatura vasca espera que entre el 6 y 7 de diciembre se decida en la Convención Europea de Grandes Infraestructuras de Investigación, en Versalles cuál será la elegida entre las candidaturas vasca, húngara y sueca. ESS Bilbao presentó el pasado 25 de abril el informe sobre su proyecto y en mayo delegaciones del Estado francés, Bélgica, Italia, Dinamarca y Portugal visitaron Euskal Herria para conocer su situación.
El pasado miércoles llegó un «comité de sabios», formado por Tom Mason, director del Oak Ridge National Laboratory, Norbert Holtkamp, director técnico del proyecto ITER, y Katherine Cessarsky, directora de E.S.O. El Foro Estratégico Europeo para las Infraestructuras de Investigación (ESFRI)- ha encargado a este comité que elabore un informe evaluando las diferentes candidaturas y Bizkaia ha sido su última visita.
Está previsto que presenten su informe el 24 de agosto y, aunque la decisión final no cuenta con fecha prevista, a partir de entonces puede acelerarse. Según la coordinadora técnica del proyecto ESS Bilbao, Cristina Oyón, los expertos se llevaron una buena impresión sobre el proyecto vasco. El informe científico del ESFRI no presentará una clasificación de las sedes, pero sí un estudio comparativo que puede dar pistas sobre las preferencias. No obstante, ese informe será una condición necesaria pero no suficiente porque la decisión final es política.
Será el reparto de cromos entre Estados el que resulte fundamental y en eso Euskal Herria tendrá poco que decir. De hecho, el Gobierno de Lakua espera que sea el Estado español el que presione a otros estados europeos en favor de la candidatura de Bizkaia.
«El Gobierno vasco no tiene acceso a las relaciones exteriores. Llega un momento en que las conversaciones con presidentes o ministros de otros Estados las tienen que liderar ellos», admite Fernández. Lakua confía en que la ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación, Cristina Garmendia, dé un impulso a ese trabajo, pese a las no muy buenas relaciones que mantienen ambas partes. En principio, la ministra ha asegurado que Madrid otorga al proyecto «la máxima prioridad».
Según el presidente del Consejo Rector de del Consorcio ESS Bilbao, la actual crisis económica y el mandato francés de la UE podrían agilizar la decisión.
No obstante, también creen que la crisis podría hacer descarrilar el proyecto por la elevada inversión que necesita. Tanto Urrutia como Javier Campo, presidente de la Sociedad Española de Técnicas Neutrónicas, sostienen que hasta la fecha la propuesta de Zamudio ha solventado «con nota alta» las diferentes interpelaciones científicas a las que se ha sometido el proyecto. La próxima semana Bizkaia acogerá la primera reunión del comité asesor internacional (Internacional Advisory Board) compuesto por expertos científicos creado para proveer a la candidatura ESS-Bilbao y a la húngara de asesoramiento para la construcción de la fuente de neutrones. «El objetivo principal ahora es ganar la candidatura», señala el director de Tecnología del Departamento de Industria , que Lakua espera que pueda comenzarse a construir en 2010.
Suecia es, en principio, el competidor más fuerte. Según Industria, su localización es peor por las características geológicas, pero cuenta con la ventaja de un entorno muy unido al desarrollo de la biotecnología, parques de biociencias y hospitales.
La candidatura vasca ofreció el pasado verano la colaboración entre las tres, propuesta que sólo Hungría aceptó y que ha facilitado que ambas compartan estudios de impacto económico, costes y la parte más científica.
El Consorcio ESS-Bilbao subraya como ventajas de su propuesta la localización, el modelo de financiación previsto y, sobre todo, que no se ha preparado sólo una estructura científica, sino todo un proyecto para mover la industria vasca a su alrededor.
No obstante, en caso de que Bizkaia no sea la opción ganadora, esperan que «nos toque alguna pedrea generosa» con alguna otra instalación complementaria a la fuente.
Impacto económico
Según Industria, el impacto económico de la fuente de neutrones puede suponer un valor añadido bruto de 2.977 millones de euros, prácticamente el doble de lo que se calcula que se invertirá en la misma.
A su vez, prevé que generará 700 millones en impuestos y casi 60.000 empleos como consecuencia de toda la actividad tecnológica y empresarial que surgiría a su alrededor, algo que desde Lakua se considera «generar un nuevo sector industrial».
Directamente, la fuente contará con unos 400 empleos directos, que podrían ampliarse hasta los 600, y las visitas anuales de 4.000 científicos.
El Consorcio ESS-Bilbao estima que el coste de la instalación será de unos 1.284 millones de euros, según el diseño previsto inicialmente por un grupo de científicos europeos, pero podría incorporar innovaciones en el acelerador que bajaran esa estimación.
El mantenimiento de la misma supondría unos 113 millones de euros cada año. Según Urrutia y Campo, construir la misma instalación en Suecia costaría 100 millones más, aunque en Hungría se necesitarían menos recursos económicos.
Y lo pagarán los países que quieran participar en el proyecto. El 70% del coste convencional lo financiaría el Estado español. El Gobierno español y el de Lakua han alcanzado un acuerdo para asumirlo al 50%. El resto -instrumentos, aceleradores, controles, gestión- lo financiarían los países que quieran participar en el proyecto. El plan de la candidatura prevé que la aportación para financiarlo será proporcional a los derechos de uso de la fuente. Además, el país que consiga ser elegido pagará una prima por la localización, a la vez que conservará el 15% de los derechos de uso.
El Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología del Estado español podría financiar la construcción y los países participantes irían pagando su cuota más tarde, en la medida en que se sumen al proyecto. Se trata de un adelanto de fondos reintegrable que la candidatura quiere subrayar como una ventaja frente a sus competidores al dar mayores garantías de financiación, sobre todo teniendo en cuenta que la construcción de la fuente de neutrones duraría alrededor de doce años.
Comunidad del conocimiento
Dado el impacto económico y social que tendría la fuente, Lakua la considera mucho más que una mera infraestructura científica. Por ello, quiere crear a su alrededor una comunidad del conocimiento, de forma que, además del centro experimental se creen nuevos centros de investigación e infraestructuras complementarias.
A su vez, plantea lo que denomina «distrito empresarial», con el fin de aprovechar al máximo la explotación comercial de los resultados de las investigaciones. En este polo empresrial prevé la creación de 200 empresas y 6.000 nuevos empleos. Con todo ello, se quiere convertir al Bilbo metropolitano en una «ciudad del conocimiento», como entorno de encuentro de sectores científicos y tecnológicos.
Estos tres aspectos son, según el Ejecutivo de Lakua, algo que se está desarrollando ya, y de lo que, aunque no se consiga albergar la fuente «algo va a quedar», de forma que la CAV se haría un hueco en el circuito de grandes infraestructuras científicas de Europa.
¿Qué es una fuente de neutrones por espalación?
Básicamente se trata de lanzar protones a través de un acelerador (de 800 metros de longitud en el caso del proyecto de Bizkaia) que impactan contra un blanco con el objetivo de «astillar sus átomos», y obtener de ellos los neutrones. Alrededor de este blanco se sitúan varios medidores que detectan los cambios producidos en los neutrones. De esta forma se averigua qué ocurre en la parte más elemental de la materia. Ese núcleo suele estar formado por mercurio líquido, un material con mucha masa, con el fin de obtener el mayor número de neutrones posible.
¿Qué aplicación práctica tienen los neutrones?
Aunque hasta ahora esta técnica ha tenido más utilidad para la física teórica, el estudio de los neutrones es aplicable a todo lo relacionado con nuevos materiales o nuevas aplicaciones de los materiales, y se extiende a campos como la arqueología, geología, biología, nanotecnología, biotecnología, electromagnética, aeronáutica, automoción, astrofísica o energía. Un grupo de científicos alertó en 1999 de que para 2015 Europa sería «un desierto de neutrones» a no ser que se ampliaran las instalaciones existentes o se construyera una fuente de espalación de gran intensidad.
¿Qué otras instalaciones existen?
Además de las de EEUU y Japón, en Europa se encuentran la ILL de Grenoble y la Isis en Oxford, pero con mucha menor potencia. La ILL apenas es de 30 kilowatios frente a los 5 megawatios con que contará el nuevo proyecto. Al producir menos neutrones, sus aplicaciones se ven limitadas. Además de su menor tamaño, ambas iban a quedar obsoletas. En 2005, Lakua y el Gobierno español empiezan a preparar la candidatura para albergar la Fuente Europea de Neutrones por Espalación (ESS). Actualmente, Suecia y Hungría son las candidaturas competidoras. El proyecto permitirá producir neutrones suficientes para aplicaciones más cercanas a la industria.
¿Acarrea problemas?
El blanco, al perder neutrones, se convierten en material radioactivo y debe ser retirado cada cierto tiempo. Según el Departamento de Industria de Lakua se genera material radioactivo equivalente al de los aparatos de rayos X. Calcula una emisión de 3 milirems al año, frente a los 30 milirems de una radiografía. Por otro lado, la generación de radiofrecuencias podría afectar a los sistemas de navegación e los aviones, por lo que existe un proyecto para colocar pantallas que limiten estas emisiones y no afecten al aeropuerto de Loiu. Además, parte del proyecto se construiría enterrado y recubierto de hormigón.
¿Dónde se situará?
Entre las posibles ubicaciones de la fuente de neutrones se han estudiado hasta ocho posibles alternativas, de las que se han seleccionado cinco. Entre estas últimas, la que cuenta con mejores condiciones es la situada entre Zamudio y Lezama, sobre todo por la cercanía del Parque Tecnológico (en gran parte estaría incluido en el mismo) y el entorno industrial, que facilitarían el aprovechamiento tecnológico de las investigaciones, además de las condiciones geológicas del terreno, los accesos y las infraestructuras. Su construcción duraría alrededor de 12 años y su vida útil se calcula en 40 años.
El informe del comité de sabios encargado por el Foro Estratégico Europeo para las Infraestructuras de Investigación (ESFRI) se publicará el 24 de agosto. El comité visitó Euskal Herria el pasado miércoles.
A partir de setiembre, será la negociación entre Estados la que resulte decisiva para elegir la sede de esta infraestructura y Lakua depende del Gobierno español para negociar con presidentes y ministros.
Suecia es el competidor más fuerte. Hungría y la candidatura vasca colaboran en estudios de impacto económico, de costes y la dirección científica del proyecto. El comité científico que les asesora se reunirá en Bilbo la próxima semana.