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Agricultores y sindicatos prefieren que fracase la cumbre ministerial de la OMC

«Mejor ningún acuerdo que un mal acuerdo». Esa frase resumió el parecer de una decena de instituciones, representantes de agricultores y sindicatos que creen que las negociaciones de la cumbre de la OMC no tienen en cuenta los intereses de los países pobres.

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«Tenemos que parar esta ronda porque no es una ronda del desarrollo, tal y como debería ser», afirmó Felipe Saboya, representante de la Confederación Única de Trabajadores (CUT) de Brasil. Agricultores y ONG rechazaron el modelo de liberalización del comercio que ayer comenzaron a debatir una treintena de países miembros de la OMC en Ginebra. Las negociaciones de la denominada Ronda de Doha llevan estancadas siete años.

Saboya agregó que en ese tiempo no se ha constatado que nadie haya respondido a las demandas de los trabajadores, y en cambio, sus estudios indican que en caso de firmarse un acuerdo, en Brasil se perderían un 1,2 millones de empleos.

Eka Kumiawan, representante de la asociación Vía Campesina, que agrupa a agricultores de todo el mundo, rechazó directamente que la agricultura forme parte de la negociaciones de la OMC. En cambo, el director ejecutivo de Oxfam, Jeremy Hobbs, dijo no estar contra un acuerdo, sino que se oponen porque desean «un acuerdo decente y que tenga en cuenta los intereses en países en desarrollo».

«Un buen acuerdo sería aquel en que se cortasen los distorsionadores subsidios, que permitiera posiciones flexibles a los países pobres para promover su seguridad alimentaria y el desarrollo rural», señaló.

«Hipocresía»

«En cambio lo que vemos son propuestas que afianzan las ventajas de los países ricos e incrementan las vulnerabilidades de los pobres. Hasta que esto cambie, no hay ninguna buena razón para firmar», insistió Hobbs. Lamentó que los líderes no hayan tomado «decisiones políticas que eviten el colapso de muchos países pobres». Y acusó directamente a EEUU y a Europa por prometer unos recortes de subsidios que en la práctica no van a implicar ningún cambio. «Estados Unidos y Europa son de una hipocresía que quita el aliento», afirmó.

Según Oxfam, con las actuales ofertas, «Estados Unidos no tendrá que cortar un centavo sus actuales subsidios y la UE sólo tendrá que eliminar unos 2.600 millones de euros de un total de 30.000 millones». Estados Unidos están negociando un techo de unos 16.000 millones de dólares en subsidios agrícolas al año, pero debido a los altos precios de los alimentos, actualmente sólo gasta unos 7.000 millones, por lo que en la práctica, Washington se comprometería a desembolsar 9.000 millones más de lo que actualmente gasta. También acusó a la UE de «pedir excepciones para el azúcar, el buey y productos lácteos, y al mismo tiempo negar a los pobres la posibilidad de salvaguardar sus propios sistemas de supervivencia».

vía campesina

Los agricultores agrupados en Vía Campesina no quieren siquiera mejores propuestas para los productos agrícolas de los países pobres, sino que la agricultura quede directamente fuera del modelo de liberalización del comercio mundial.

cambios mínimos

Según la ONG Oxfam, con las actuales ofertas en la mesa de negociación, Estados Unidos incluso podría incrementar las actuales ayudas a su agricultura y la UE efectuaría un recorte mínimo, manteniendo excepciones que niega a países más pobres.

salvaguardas

El G-33 -países importadores netos de productos agrícolas como China, India e Indonesia- defienden las «salvaguardas especiales» por las que se elevarían los aranceles en casos excepcionales para proteger a los agricultores locales.

La UE y EEUU mantienen sus ofertas para reducir subsidios

El director de la OMC, Pascal Lamy, utilizó las turbulencias financieras y los precios de alimentos o del gasóleo como acicate para que los países que negocian esta semana en Ginebra se esfuercen en lograr un acuerdo «que impulse el crecimiento económico».

Lamy inauguró la reunión ministerial de una treintena de socios clave de la OMC, quienes tratarán de salvar la atascada Ronda de Doha -iniciada en 2001- cuyo objetivo es la liberalización del comercio mundial. «Estamos al principio de un viaje cuesta arriba», señaló el director general de la OMC, quien opinó que está «al alcance de la mano conseguir un pacto en la apertura de mercados agrícolas e industriales». La reunión constará de negociaciones intensas y sesiones restringidas, con el fin de consensuar textos, pero las posiciones siguen muy alejadas. Los países más pobres reclaman a la UE, EEUU y otros socios ricos que reduzcan sus apoyos a la agricultura y abran sus mercados; La UE plantea una reducción media del 54% en sus aranceles a la importación de productos agrícolas, aunque el comisario Peter Mandelson maquilló esa cifra hablando de un 60%, al sumarle los recortes por la liberalización de los llamados «productos tropicales». Lamy asumió que la UE va a ser «un perdedor neto» en agricultura, por lo que pidió a los países emergentes «más competitivos», como Brasil o India, contrapartidas para que bajen sus aranceles a los productos industriales. Lo mismo hizo la representante de Comercio de Estados Unidos, Susan Schwab, quien afirmó que su país ha sido el «chivo expiatorio cuando se habla de subvenciones y se evita hablar de apertura de mercados agrícolas e industriales». GARA

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