Venezuela y la nueva Rusia reeditan su fuerte cooperación estratégica
Los presidentes venezolano, Hugo Chávez, y ruso, Dmitri Medvedev, estrecharon ayer en su primer cara a cara su cooperación energética. Los medios de comunicación habían especulado en vísperas de la visita sobre la posible compra de nuevo armamento por parte de Caracas, pero los mandatarios se limitaron a hablar de colaboración en el ámbito de la energía y anunciaron que coordinarán sus políticas en materia de hidrocarburos, pero sin acuerdos para fijar los precios.
GARA |
La activa cooperación entre Moscú y Caracas «se convierte en uno de los factores clave de la seguridad regional» en América Latina, señaló el presidente ruso, Dmitri Medvedev, al recibir a su homólogo venezolano, Hugo Chávez, en su residencia campestre de Meindorf, a las afueras de Moscú. El mandatario bolivariano felicitó a Medvedev por su investidura, el pasado mayo, y se mostró convenci- do de que el nuevo jefe del Estado ruso será una «garantía para la seguridad y la estabilidad de nuestros países y del mundo entero», según informaron las agencias rusas.
Hugo Chávez comenzó ayer en Moscú una «estratégica» gira europea que le llevará también a Bielorrusia, Portugal y al Estado español. Nada más llegar a la capital rusa, manifestó que los acuerdos firmados en los últimos años con Rusia, sobre todo para comprar armas, «garantizarán la soberanía de Venezuela, que es amenazada por EEUU».
Según Chávez, esta sexta visita a Rusia servirá para seguir avanzando en la construcción de una «alianza estratégica» entre ambos países.
Aunque en vísperas de la visita de Chávez la prensa había incidido en el interés venezolano por comprar nuevas partidas de armamento pesado, los presidentes se decantaron por hablar de cooperación energética en su comparecencia ante la prensa.
Al destacar el buen momento por el que pasan las relaciones entre Moscú y Caracas, Medvedev destacó el gran incremento del comercio bilateral, que el pasado año se duplicó con respecto a 2006. Sin embargo, abogó por «optimizar» esa cooperación, pues el grueso de los intercambios corresponde a la compra de armas, ya que Venezuela se ha convertido en el mejor cliente latinoamericano de la industria de guerra rusa, con contratos en marcha por 4.000 millones de dólares.
Seguridad energética
Dmitri Medvedev señaló que Moscú y Caracas coordinarán sus políticas en el ámbito de los hidrocarburos, pero negó acuerdos concretos para fijar los precios. «De nuestras acciones coordinadas depende también el garantizar la seguridad energética. Vamos a trabajar juntos, de manera coordinada, correcta; nuestra cooperación no apunta contra terceros países», aseguró.
Tras la reunión entre Medvedev y Chávez, el ministro venezolano de Energía y presidente de PDVSA (Petróleos de Venezuela), Rafael Ramírez, firmó varios acuerdos de cooperación con las petroleras rusa Lukoil y ruso-británica TNK-BP, y con el gigante gasístico Gazprom para proyectos en Venezuela.
El mandatario bolivariano se entrevistó también con Vladimir Putin, quien aseguró que «Rusia es un socio fiable» de Venezuela, con la que busca «diversificar los intercambios» para extenderlos a «nuevos ámbi- tos, como el transporte, espacio y las altas tecnologías, sin hablar de la cooperación militar».
Según fuentes rusas citadas por distintas agencias, Venezuela, que está modernizando su Ejército, estudiaría comprar sistemas de misiles antiaéreos, submarinos y tanques rusos y Moscú se habría mostrado dispuesto a conceder a Venezuela un crédito de hasta 800 millones de dólares para la compra de armas. Pero nada trascendió ayer sobre posibles contratos para la compra de armamento.
Hugo Chávez arribó ayer a Moscú en la primera etapa de su gira europea, que él mismo calificó de «estratégica» y que le llevará, además, a Bielorrusia, a Portugal y al Estado español, a donde llegará el viernes.
El consorcio estatal ruso para la venta de armas, Rosoboronexport, desmintió ayer las informaciones periodísticas de medios digitales rusos, que citaban al diario «Sudan Tribune», sobre supuestas ventas secretas de doce cazas rusos MiG-29 a Sudán a través de Bielorrusia.
El consorcio indicó que «cumple estrictamente la legislación internacional relativa a los suministros de material bélico a los países sometidos a sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU».