Un público exigente y veterano (muchas canas y gafas abarrotaban ayer el Kursaal) se dio cita ayer tarde para la excelente apertura de la actual edición del Jazzaldia en su vertiente más ortodoxa, con la reunión del pianista Keith Jarrett, el contrabajista Gary Peacock y la batería de Jack DeJohnette, viejos amigos del Jazzaldia donostiarra que este año han vuelto para celebrar el veinticinco aniversario de su aparición, como trío, en los escenarios.

En la previa del concierto se advirtió al público que esperaba expectante en el Kursaal de la prohibición, por expreso deseo del pianista Jarrett, de grabar o fotografiar el evento, estando en juego el buen desarrollo de la actuación. Con la imposibilidad de acceder al recinto una vez comenzado el espectáculo, el exquisito trío tuvo la deferencia de caminar hacia el centro del sobrio escenario un cuarto de hora más tarde que la hora prevista. El dandy Jarret, con chaleco blanquinegro y gafas oscurecidas, se sentó al piano de espaldas al público; Gary Peacock, con camisa oscura y la frente despejada, recogió el contrabajo en el centro dejando a su izquierda al moreno Jack DeJohnnete, con camisa verde pero no «verde Heineken», a la batería.

Compuesto de dos set y un descanso de quince minutos que el público entendido aprovecho para encender fuera un pitillo, Jarrett comenzó trepidante al piano, tocando a ratos sentado y a ratos de pie, para que lo secundaran después DeJohnette y Peacock -quien nos encantó- en una pieza que no descansó hasta pasados veinte minutos, para dar paso después, a un directo algo más íntimo. Como detalle, destacar las previsibles ovaciones de la audiencia al final de cada pieza, y al despistado espectador que aplaudió ocasionalmente los solos y fue reprendido, quizás por precipitado o por inadecuado.

Fuera, el visitante veraniego era ajeno a tal grado de entendimiento e interés, siendo la mayoría un enjambre que revoloteaba alrededor del Kursaal por el cálido ambiente que los conciertos gratuitos crean en la Zurriola. Un público ocasional que siempre encuentra en la oferta algo que le agrade y entretenga, sea o no anteriormente conocido. Este es quizás el mayor acierto de un festival que conjuga bandas ilustres y consagradas con jóvenes valores, con conciertos de pago en salas y explosiones de sonido gratuito al aire libre.

Explosión que comenzó con Organik´s y el pasacalles de Amama Luisa Brass Band y que prosiguió con Caravan Palace, Marc Ribot y Frank Wess, para concluir al anochecer con Dynamic Trío, Pyeng Threadgill y Hocus Pocus, en un escenario natural abarrotado.

Mientras la noche proseguía alegre en las terrazas de la Zurriola, el escenario del teatro Victoria Eugenia se preparaba para acoger el blues del tejano Johnny Winter, quien se presentaba en cuarteto junto al guitarrista Paul Nelson, el batería Tony Beard y el bajista Scott Spray, para tocar «I´m a bluesman», trabajo editado el 2004 que consiguió una nominación para los premios Grammy.

Al sol del jazz

Además, a los noctámbulos siempre les quedarán las medianoches de Altxerri, donde ayer actuó el trío formado por Jorge Rossy, Kike Arza y Hasier Oleaga y hoy sonará la harmónica del francés Nico Wayne Toussaint; o del Be Bop, donde los bilbainos The Cherry Boppers y los donostiarras Revolutionary Brothers Sound System, que actuaron junto a los vocalistas King Konsul & Yanu, cederán hoy el testigo a Dinner at the Thompson's, Pablo Sánchez y Nickodemus, en un triple cartel que casi alcanzará el amanecer. La entrada para ambos locales cuesta diez euros e incluye una refrescante copa.

Antes de que la noche oscurezca en los clubs y con previsión de un soleado y aún más caliente día, hoy seis bandas se citarán en los tres escenarios gratuitos en torno al Kursaal, repitiendo actuación muchas de ellas. Evidence Quartet sonarán en el espacio Frigo a partir de las siete. Tras ellos, Frank Wess & Barcelona Jazz Orchestra, quienes repiten actuación. En la carpa Heineken, segunda oportunidad tanto para escuchar el quinteto de la joven vocalista Pyeng Threadgill, como para atender la nueva propuesta de Marc Ribot, Ceramig Dog. Para finalizar, al anochecer -y esperemos que sin tormenta- se escuchará en la arena de la playa la electrónica de Caravan Palace, tras participar en la «Jazz Band Ball», y la nutrida y elegante banda Pink Martini, liderada por la pareja China Forbes y Thomas Lauderdale. Además los escenarios de pago acogen a David Murray Black Saint Quartet y al italiano Paolo Conte, en el atardecer y el anochecer del Kursaal, y al saxofonista Maceo Parker y su banda de funk en el Victoria Eugenia, este último con las entradas anticipadas agotadas.