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En un nuevo gesto, Serbia reenvía a sus embajadores a los países de la UE

Cuatro días después de que anunciara la detención de Radovan Karadzic, el nuevo Gobierno serbio ha anunciado que ordenará el regreso de sus embajadores a los países de la UE que reconocieron la independencia de Kosovo. El nuevo Ejecutivo de coalición entre liberales y herederos de Milosevic sigue desandando el camino desbrozado en su día por el unionismo serbio más recalcitrante, personificado por el ex primer ministro Vojislav Kostunica.

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El nuevo Gobierno serbio anunció que ordenará volver a sus puestos diplomáticos a los embajadores que retiró de los estados miembros de la Unión Europea (UE) que reconocieron la independencia de Kosovo.

La decisión fue tomada a propuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores, encabezado por Vuk Jeremic. Los embajadores regresarán a sus puestos en los próximos siete días, anunció el ministro de Protección de Medioambiente, Oliver Dulic, tras la reunión del Gobierno.

Dulic justificó esta decisión asegurando que reforzará los recursos diplomáticos de Serbia en sus negociaciones para «obtener el estatus de candidato a la adhesión a la UE de aquí a final de año», una de las prioridades del actual Ejecutivo serbio, y de reforzar su posición en el plano diplomático.

«El Gobierno ha establecido que la medida de retirar a embajadores, como parte del plan (sobre Kosovo), ha dado buenos resultados, pero que ahora es tiempo para una nueva acción diplomática», indicó.

Los embajadores regresarán a Alemania, Austria, Bulgaria, República Checa, Finlandia, Francia, Holanda, Hungría, Italia, Eslovenia y Suecia. Otros cinco países de la UE (Estonia, Letonia, Lituania, Irlanda y Luxemburgo) reconocieron igualmente la independencia de Kosovo pero Serbia está representada en esos países a través de capitales vecinas. Sólo siete de los Veintisiete no han reconocido aún al nuevo Estado: Estado español, Chipre, Malta, Portugal, Eslovaquia, Grecia y Rumanía.

Sólo los de la UE

Este gesto no incluye el retorno de embajadores a otros países fuera de la UE y que han reconocido la independencia de Kosovo, como EEUU y otros 22.

«No habrá decisiones similares sobre la eventual restitución de los embajadores a otros países hasta que obtengamos la opinión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya, sobre la legalidad de la proclamación de la independencia» de Kosovo, dijo Dulic.

Sólo después, Serbia «podría entrar en diferentes tipos de comunicación con los países que reconocieron esa independencia, e incluso con Pristina».

Serbia anunció ya anteriormente su determinación de presentar en setiembre a la ONU una iniciativa de resolución para pedir la opinión de la CIJ sobre si la declaración de independencia de Kosovo fue una violación del derecho internacional. Para eso, tiene que obtener mayoría en la Asamblea General de la ONU, de un total de 192 países.

El Gobierno serbio considera ese paso de importancia estratégica en su política sobre Kosovo, aunque admite que hay fuertes oposiciones a su iniciativa por parte de algunos de los países más poderosos del mundo.

Por de pronto, su decisión de reenviar a sus embajadores es el segundo movimiento del Gobierno serbio en una semana con respecto a la UE tras el anuncio de la detención del presunto criminal de guerra Radovan Karadzic.

Gestos sólo posibles tras la nueva alianza de Gobierno entre el DS del presidente, Boris Tadic y el SPS, de los herederos del difunto Slobodan Milosevic, que buscan su desembarco en la Internacional Socialista Europea.

Piden la entrega de Mladic

Tanto EEUU como la UE han coincidido en las últimas horas en insistir en que Belgrado entregue también al presunto criminal de guerra y general serbio Ratko Mladic, prófugo del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia como -hasta ahora- el propio Karadzic.

«Los serbios progresan al cerrar un odioso capítulo de su pasado y lo único que espero es que Mladic sea el siguiente», aseguró ayer la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice.

Kostunica

El unionista panserbio Vojislav Kostunica fue el artífice de esa decisión cuando era primer ministro. Su derrota en las elecciones le ha condenado al ostracismo.

Un líder serbio de Kosovo pide un cambio de política a Belgrado

Oliver Ivanovic, uno de los dirigentes de la minoría serbia en Kosovo, pide al nuevo Ejecutivo de Belgrado que cambie su política respecto al Estado vecino. Pese a hacer suya la lucha contra la independencia de Kosovo, recuerda que los objetivos principales deben ser la supervivencia de la minoría serbia y el retorno de los desplazados. Y para ello, es necesario que los serbios se impliquen en la toma de decisiones en el nuevo país.

Candidato del liberal G17 Plus en las últimas elecciones serbias, y en entrevista al diario «Blic», Ivanovic insta asimismo al control democrático de los recursos que Belgrado envía a los enclaves con población serbia. Para ello no duda en pedir que el Ministerio para Kosovo y Metohija (término con el que Serbia define a la Kosova de los albaneses) sea trasferido al interior del territorio vecino. «Hoy en día llega mucho dinero pero no hay resultados, lo que prueba la existencia de abusos graves y de corrupción», añade.

Por lo que toca a la futura misión de la UE, Ivanovic coincide en que es poco probable que se despliegue al norte del río Ibar, por lo que apuesta por un refuerzo de la actual misión de la ONU en el enclave serbio de Mitrovica.

Ivanovic recuerda que es inevitable la comunicación con los albaneses a nivel local, advierte de que el plan Ahtisaari, «lo queramos o no, se va aplicar» y anima a profundizar en la descentralización que promueve esta iniciativa para mejorar las condiciones de vida de los serbios. De todos, al norte y al sur del río Ibar. En este sentido, critica los discursos incendiarios de políticos de Belgrado que luego «se montan en sus Mercedes y vuelven a Belgrado». GARA

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