La Justicia de los españoles -que se aplica, a la fuerza ahorcan- a una parte de los vascos ha decidido que ni Iñaki Uria ni Xabier Oleaga fueron torturados por los guardias civiles que cobran de la misma caja que los jueces absolvedores. En Euskal Herria la convicción de las gentes sensatas es otra. Aunque algunos de quienes lo digan en privado se muestren entusiastas a la hora de cumplir los dictados de quienes, a sabiendas de que lo hacían, han mentido.