Una parte fundamental de la historia y el recuerdo de la minería en peligro
El alcalde de Abanto, Manuel Tejada, dice confiar en la buena voluntad de la SEPI para que no rellene la corta de la mina Concha II. Mientras, el procedimiento para declararla Bien de Interés Cultural que ha emprendido marcha Lakua sigue su «habitual» marcha.
Kepa PETRALANDA
La intención del Ejecutivo de Lakua es declarar la mina Agruminsa, también conocida como Concha II, Bien de Interés Cultural. El problema es que, como tantas otras veces, seguir la pista de cuál puede ser el desenlace final de este asunto lleva a concluir que, seguramente, todo se decidirá finalmente en algún encuentro colateral, con otros elementos para la negociación sobre la mesa.
La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), dependiente del Ministerio español de Economía y Hacienda, solicitó al Ayuntamiento de Abanto el pasado mes de diciembre de 2007, mediante su filial Abra Industrial SA, licencia para proceder al relleno de la gigantesca cavidad de lo que fue la mina Concha II, en el barrio de Gallarta. El objetivo de la operación es verter en la corta el escombro y la tierra -se habla de un volumen de dos millones de metros cúbicos- que resulte de la construcción de un polígono industrial en las inmediaciones. Abra Industrial argumentó que el relleno es imprescindible «para la consolidación de la explotación» y para evitar que se inund.
Desde entonces se han sucedido los manifiestos y muestras de apoyo a mantener Concha II tal y como está; la totalidad de representantes municipales con el alcalde, Manuel Tejada (PNV) al frente han mostrado su rechazo al relleno; ha surgido una plataforma ciudadana al mismo objetito; se han recogido más de 1.500 firmas en defensa de Concha II y colegios profesionales como los de Ingenieros y Geólogos, entre muchas otras entidades, han expresado su posicionamiento contrario a las pretensiones de la SEPI. La Fundación Museo de la Minería del País Vasco solicitó, por su parte, al Departamento de Cultura del Gobierno de Lakua declarar la mina Bien de Interés Cultural.
Pero como suele ocurrir tantas otras veces, tantas voluntades unidas poco tienen que hacer frente a los procedimientos habituales. En abril de 2008 el Departamento de Medio Ambiente del Ejecutivo de Lakua determinó que la autorización para los trabajos pretendidos por Abra Industrial SA no es de su competencia, lo que motivó la acusación que realizaran responsables del Museo Minero en el sentido de que las administraciones «se están lavando las manos», o la valoración de ANV, según la cual, Agruminsa, como propietaria de los derechos de explotación de la mina, «tiene la obilgación de tramitar la anulación de la autorización».
La decisión de Medio Ambiente dejó la decisión final en manos del Gobierno del PSE y provocó, por ejemplo, la decisión del alcalde de Abanto de recurrirla, un guante que fue incluso recogido por la organización local del PSE, que por boca de Javier García, se comprometió a hacer valer el rechazo al verttido ante la dirección del herrialde. También la Fundación del Mueso recurrió la decisión de Medio Ambiente del Ejecutivo e Lakua, toda vez que acusó a la citada consejería de querer «escurrir el bulto».
A la vista de que no se produjeron movimientos en ningún sentido, integrantes del Patronato del Museo de la Minería reiteraron el pasado mayo su llamamiento a la SEPI para que reconsiderara su decisión. Pocas semanas después, mandatarios municipales mantuvieron un encuentro en Madrid con responsables de la SEPI, en el que «tratamos las distintas sensibilidades que se mueven en torno a la mina», matizó el alcalde.
Y en junio, la propia Corporación de Abanto hizo lo que no habían hecho antes, ni el Departamento de Medio Ambiente ni la dirección de Energía y Minas del Ejecutivo de Lakua; rehazó la petición de autorización de la SEPI para acometer el relleno. El Consistorio hdenegó la licencia de obras necesaria para el proyecto en Junta de Gobierno por una cuestión de legalidad. Según recoge el acta de la reunión, la mina «está en suelo clasificado como no urbanizable de protección con tolerancia de usos extractivos, entre los cuales no está recogido el de incineración y eliminación de materias, que es en el que estarían incluidos los vertederos de tierras». Esta medida está basada también en informes técnicos y en el Plan General, pero siempre cabe el recurso.
Pero volviendo a la solicitud de Bien Cultural que realizara la Fundación, ésta solicita la inscripción en el Inventario General del Patrimonio Cultural Vasco «como Bien Inventariado con la categoría legal más oportuna (Monumento, Conjunto Monumental o Espacio Cultural), de la Mina de Agruminsa (mina de Concha II o Bodovalle) en Gallarta (Abanto y Ciervana)». La declaración debe alcanzar, según los peticionarios«al menos a la parte externa de la misma (Corta), así como a sus instalaciones externas visibles (castillete de Bodovalle), y a una representación significativa de los 60 kilómetros de cámaras y galerías subterráneas que constituyen esta excepcional mina metálica».
La solicitud ha recibido el espaldarazo de instituciones y entidades culturales de prestigio, como la recibida por parte del Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial, organismo que agrupa a asociaciones de 40 países que hace suyos los argumentos de la propia fundación.
Recientemente han sido tres los apoyos manifestados, los correspondientes a la Asociación del Museo de la Ciencia y la Técnica de Cataluña y de Arqueología Industrial de Cataluña, la Fundación del Museo de la Minería y de la Industria de Asturias y el Museo de las Minas de Cercs, quienes coinciden en señalar el valor cultural de esta mina y la importancia del desarrollo del Parque Cultural de la Minería del País Vasco.
Estas instituciones hacen especial hincapié en que la desaparición o la afectación de esta mina sería «una pérdida irremplazable e imperdonable» por ser un patrimonio que posee las características que se ajustan al dictamen que sobre este tipo de patrimonio determinó la convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO (Paris 1972) y la Convención Europea del Paisaje del Consejo de Europa (Florencia 2000). Esta convención tiene como objetivo fundamental promover la protección, gestión y adecuación de los paisajes, ofreciendo un nuevo y sólido marco para situar el paisaje en un primer plano de las políticas europeas en materia de Patrimonio cultural y Medio Ambiente. La mina de Agruminsa constituye «el mayor y mejor ejemplo conservado de la epopeya minera» de Euskal Herria.
«La dirección de Patrimonio Cultural del Departamento de Cultura ha puesto en marcha el procedimiento relativo a la mina Concha II. Teniendo en cuenta las peculariedades de este elemento, ha encargado los preceptivos informes técnicos y tras recibirlos continuará con el procedimiento que prevé la Ley de Patrimonio Cultural». Es la respuesta que fuentes del propio Departamento de Cultura han dado esta misma semana a la pregunta de en que situación se encuentra la reivindicada declaración.
«Que lo hagan pronto» manifestaron fuentes de la Fundación del Museo el pasado mayo en relación a esta vía y, vista esta nueva respuesta cabría decir si no se podría agilizar todo un poco más.