El espeleólogo Iban Ozamiz, vecino de Bilbo, falleció el pasado sábado cuando descendía el Cañón de la Gourette, en los Pirineos al sur de Francia. El joven, de 34 años, bajaba el citado cañón en compañía de tres amigos, cuando quedó bloqueado tras haber realizado un rappel sujeto con una cuerda.

Recibió un golpe, y al parecer falleció ahogado debido a la fuerte presión del agua que caía en cascada. Fuentes de la Gendarmería de Alta Montaña de Oloron Saint-Marie, que se encargaron de rescatar el cuerpo sin vida de Ozamiz, indicaron que el accidente no se produjo por un fallo técnico, sino que se debió a la peligrosidad del propio cañón, «muy encajonado», según precisaron esas fuentes.

Cuando ocurrió el accidente, uno de los compañeros de Ozamiz dio el aviso a la Gendarmería, que acudió al lugar para rescatar a dos compañeros que no sufrieron heridas, y recuperó el cuerpo del joven fallecido, que se hallaba debajo de la cascada. Según se dio a conocer, los cuatro practicaban regularmente la espeleología y estaban federados. Habían llegado a la zona del Cañón de Gourette, en el término municipal de Eaux Bonnes, el día anterior al accidente, el pasado viernes. Pese a su experiencia, parece ser que era la primera vez que recorrían ese cañón en concreto.

La Gendarmería de Oloron Saint-Marie continúa investigando sobre los motivos del fatal accidente.