El asunto de la camiseta de Hugo Chávez deja un poco desconcertado. La frase inscrita en ella forma parte de la nueva anti diplomacia universal: «¿por qué no te callas?». El misterio de la ruta emprendida por la camiseta conecta con las tramas negras. Según confiesa en un programa televisivo una periodista, el origen de la misma está en Bush padre. ¿Qué confianzas son esas? La camiseta la ha exhibido por su televisión el propio presidente venezolano en una actitud de complacencia con el monarca español que puede entenderse como oportunista o como parte de un pacto. Además en el mismo acto televisado, asegura que garantiza petróleo a la monarquía española por cien años. Y a precio tasado, a cien dólares el barril. Este dato me parece un tanto espectacular, porque insiste en que en los pozos venezolanos existe petróleo para los próximos doscientos años.

¿Es verdad?

Estamos haciendo un ejercicio de variaciones sobre un mismo tema. Las relaciones internacionales empiezan a convertirse en sesiones de espiritismo. La ouija la maneja el capital, aunque venga disfrazado. Las sicofonías proceden de las entrañas del planeta, algo más abajo de los hallazgos de Atapuerca, donde los millones de lustros de acumulación de residuos se han convertido en un conflicto de intereses, en una materia que mueve a la civilización, aunque sea camino de su misma destrucción. Donde hay petróleo hay corrupción, conflicto, guerra, pena y, también alegrías, especialmente en las cuentas corrientes de las compañías especializadas, transnacionales y sus directivos. El petróleo es un valor de cambio por encima de cualquier otro concepto.

Por eso es más que curioso el patrocinio sobrevenido del Athletic. Josu Jon Imaz ya tiene otra portada, en esta ocasión contradictoria. Fútbol y petro euros. Todo va cuadrando. Dos millones de euros para que la familia rojiblanca comprenda que sus leones son máquinas alimentadas con derivados del crudo. Y de paso se va haciendo campaña barata para que las protestas sean mínimas en la construcción de una central de coque. Es decir, más contaminación. Variaciones Imaz de cómo hacer y deshacer un país.