El Ejército iraquí, con el apoyo de las tropas ocupantes de Estados Unidos, anunció ayer que puso en marcha una ofensiva contra al-Qaeda y otros grupos insurgentes en la provincia de Diyala, la más inestable del país.

Esta operación se produjo al día siguiente de que una jornada de sangrientos atentados provocase al menos 56 muertos y más de 200 heridos.

Se decretó el toque de queda en Baquba, capital de Diyala, que fue ocupada por las tropas de los ejércitos iraquíes y estadounidenses. Trece personas fueron detenidas en la ciudad, según el general Ali Gedan, comandante de la operación.

Por otra parte, decenas de miles de chiíes acudieron a la peregrinación en la mezquita de Kadhimiyah pese a los atentados del lunes.