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El juicio a Ian Tabar, punta de un iceberg que puede llevar a prisión a muchos más jóvenes

Ian Tabar corre el riesgo de ingresar en prisión tras el juicio celebrado ayer en su contra, por la simple imputación de haber pegado carteles en Iruñea. Numerosas personas acudieron a solidarizarse con él y a denunciar este salto cualitativo contra la juventud de Iruñerria. Tal y como alertaron ayer, por el momento son cerca de 80 las personas imputadas en similares casos, muchas de ellas con peticiones de cárcel. Ian Tabar es el primero.

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Jasone MITXELTORENA

La Audiencia de Nafarroa acogió ayer el juicio contra Ian Tabar, un joven procesado a raíz de que agentes municipales lo retuvieran cuando colocaba carteles en las calles de Iruñea. Este hecho puede derivar en su ingreso en prisión, ya que anteriormente también fue acusado de otros delitos en circunstancias similares. Desde el movimiento Iruñerria Piztera Goaz, iniciativa nacida de la necesidad de un espacio libre y alternativo en Iruñea, alertan del riesgo de cárcel que está sufriendo un sector de la juventud de Iruñea, justamente la que denuncia la falta del espacio mencionado.

En este momento, cerca de 80 personas son procesadas por actuaciones como concentrarse pacíficamente, subirse a una grúa o entrar en un edificio vacío. Las peticiones de cárcel oscilan entre los diez meses y los cuatro años y medio, y se basan en muchos casos en simples imágenes policiales.

El juicio de ayer, a no ser por las consecuencias que puede acarrear, sería uno más entre tantos que se han celebrado desde el desalojo del Euskal Jai de la calle San Agustín. En ese periodo ha sido encarcelado Xabier Errea, acusado de «atentado a la autoridad», imputación que ha sido reiterada después contra muchos otros jóvenes. Destaca la actuación de los policías municipales como autores de los atestados y la utilización de la cuestionada Ordenanza por el Civismo. Desde numerosos colectivos, reunidos en la plataforma Iruñea Gu Geu, se ha denunciado que esta ordenanza obedece a la necesidad de crear un marco legal, a nivel municipal, para proceder a censurar, reprimir y aniquilar actividades que surgen del movimiento popular en general.

Pero el juicio a Ian Tabar no es uno más. Si continúa esta dinámica que ayer mostró su punta del iceberg, puede suponer la encarcelación de miembros de movimientos populares sin otro elemento que la decisión de la Policía Municipal. El propio Tabar asegura que «me ha tocado a mí, pero puede ser cualquiera que se mueva o que participe en los colectivos. Lo mío ha sido mala suerte. Me he topado con Simón Santamaría, y por los comentarios que me ha ido haciendo, creo que esto ha sido decisión suya». Santamaría es mantenido en el cargo por la alcaldesa de UPN, Yolanda Barcina, pese a que la mayoría municipal reclamó su cese hace ya más de medio año.

Tabar admite que «sí he trabajado abriendo espacios de encuentro y de conocer a gente». Pero rechaza el resto de acusaciones, consistentes en «resistencia» o «lesiones». En su última intervención en el juicio, declaró que le gustaría preguntar a los agentes «si no les remuerde la conciencia enviar a alguien a prisión con mentiras».

El procedimiento en su contra echó a andar a raíz de la Ordenanza por el Civismo, ya que ésta castiga la colocación de carteles «fuera de los paneles habilitados para ello». Los agentes municipales pueden proceden a retener a una persona por ello, como hizo con Ian Tabar. Tal y como se evidenció en el juicio de ayer, el joven no fue detenido, algo que teóricamente debía haber ocurrido en vista de la imputación posterior.

Asimismo, el abogado defensor denunció el alto número de patrullas que acudieron al lugar ante una falta administrativa, de lo que concluyen que había «predisposición» de los agentes contra Tabar.

Las marcas de tabar, «sin erosión»

El proceder del juez también fue cuestionado; el titular del juzgado de penal nº 1 interrumpió hasta dieciséis veces la labor del abogado de defensa... y le cortó la palabra afirmando que tenía cuatro juicios posteriormente cuando ésta intentaba exponer jurisprudencia del Tribunal Supremo.

Respecto a los testimonios de los agentes, fuentes judiciales destacaron la falta de concreción ante las preguntas de la defensa sobre las circunstancias en que se produjeron la resistencia y las lesiones que se imputan a Tabar. Ante muchas de ellas, el juez intervino considerándolas «improcedentes».

La defensa también cuestionó la declaración del perito, que indicó que las contusiones examinadas a Ian Tabar en la cabeza se debieron a golpes recibidos, argumentando para ello que estas marcas «no presentaban erosión».

Apuesta por extender la denuncia más allá de Iruñea

Tras la protesta del lunes ante el Ayuntamiento, ayer se concentraron ante la Audiencia de Iruñea numerosas personas, incluyendo las venidas de otras zonas. Llamaron a extender la protesta y a movilizarse para poder frenar esta situación que prevén que se agrave en los próximos meses. J.M.

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