Según una auditoría externa, encargada por el Museo Guggengeim de Bilbo, hay «claros indicios» de que el ex director de Administración y Finanzas, Roberto Cearsolo, habría realizado otras nueve operaciones más de sustracción de fondos, por un importe de 62.237 euros, de las que había confesado inicialmente. Las cifras, dadas a conocer ayer por la propia pinacoteca, serían, en resumen, las siguientes: a los 486.979 euros que Cearsolo confesó cuando se descubrió el asunto, habría que sumarles otros 7.265 euros que, por «errores aritméticos», se han descubierto ahora. Lo más preocupante, sin embargo, no es esta cifra, sino las nuevas operaciones que las investigaciones han descubierto y que, a juicio de los peritos, presentan, en general, claros indicios de ser sustracciones de fondos realizadas por el responsable económico del museo. Estas operaciones ascederían a 62.237 euros. En total, y si los datos se confirman, hasta el momento, se habrían «retirado» de la caja del museo 556.481 euros.

Las irregularidades financieras salieron a la luz el pasado 16 de abril, cuando el Museo Guggenheim decidió despedir y denunciar a su director financiero por haberse apropiado de casi medio millón de euros de dos sociedades gestoras del centro de arte. Según informó ayer el propio museo a través de una nota de prensa, respecto a lo confesado, la cantidad que Cearsolo reconoció haberse apropiado es 7.265 euros menor que la real, por lo que ésta finalmente ascendería a 494.244 euros. La razón, del desfase serían «errores aritméticos» y por la «incorrecta identificación de una de las partidas declaradas».

Informe al juez

Una vez recibido el informe pericial, en el que se han analizado de forma «exhaustiva» las cuentas bancarias de las sociedades Tenedora e Inmobiliaria del Guggenheim, encargadas respectivamente de la compra de la colección de arte y del edificio, entre el 1 de enero de 1998 y el 31 de diciembre de 2006, los nuevos datos han sido remitidos al juez que instruye las diligencias previas.

Nacido en Elgoibar, licenciado Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Deusto y con una carrera unida a la asesoría fiscal, Cearsolo llevaba trabajando para el museo bilbaino desde que era todavía un proyecto, en 1992, aunque fue director de Administración y Finanzas de la Fundación sólo durante los últimos ocho años.

La auditoría encargada por el museo se ha centrado tanto en las cuentas bancarias que estuvieron abiertas durante el periodo de tiempo comprendido entre principios de 1998 y finales de 2006, para lo que se ha pedido la documentación necesaria (extractos bancarios con movimientos, así como datos sobre las firmas autorizadas y demás), como en la revisión de los movimientos bancarios de ambas sociedades, pasando asimismo por la revisión de los momentos de inversión y reembolso en Deuda Pública. De igual modo, también se habrían investigado las alteraciones practicadas por Roberto Cearsolo en los libros y registros auxiliares de contabilidad.

Nueve operaciones más

El estudio ha descubierto otras nueve operaciones que, según los peritos, presentan «claros indicios» de una sustracción por valor de 62.237 euros. Estas nueve operaciones se realizaron entre 1998 y 1999 en ambas sociedades del Guggenheim citadas, por lo que los representantes legales del museo han solicitado al juez que pida documentación a las entidades financieras correspondientes para su «plena constatación». El museo bilbaino comunicó también que hasta ayer Cearsolo ha devuelto 437.900 euros, después de que el pasado día 24 reintegrara 50.000 euros. Por lo tanto, quedarían pendientes de devolución 49.079 euros para completar la cifra reconocida por Cearsolo, que podría aumentar en otros 69.502 euros, hasta un total de 118.581 euros, si se confirman los datos de la auditoría externa realizada.

El presunto fraude fue descubierto a raíz de una investigación del Tribunal Vasco de Cuentas, que, a instancias del Parlamento de Gasteiz, solicitó información al museo para abrir una investigación sobre la compra de dólares llevada a cabo entre 2002 y 2005, momento en el que se detectaron, por casualidad, las irregularidades. Cearsolo, que estaba de baja por enfermedad, era precisamente la persona que facilitaba la documentación oportuna cuando la requerían los auditores.

Cuando concluya esta primera fase de instrucción, el juez deberá determinar si los hechos denunciados pueden ser constitutivos de delito y si el proceso judicial sigue adelante.