Fracasan las negociaciones de la OMC para liberalizar el comercio mundial
La cumbre ministerial de 30 países de la OMC finalizó ayer después de nueve días de negociaciones con un nuevo fracaso en su intento de desbloquear la denominada Ronda de Doha y liberalizar el comercio mundial de productos agrícolas, industriales y de servicios.
GARA |
El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, confirmó ayer ante los 153 países miembros de esta institución que las negociaciones de la Ronda de Doha para liberalizar el comercio mundial de agricultura, bienes industriales y servicios han fracasado.
El último intento para salvar la Ronda lo ha constituido una cumbre reducida de ministros de una treintena de países durante nueve días en Ginebra. En una reunión del Comité de Negociaciones Comerciales de la OMC, órgano que reúne a todos los estados miembros, Lamy declaró estar «profundamente consternado» por la manera en que acabaron las negociaciones.
A los dos días de iniciada la cumbre se acordó un texto que logró cierta aceptación, pero no consiguió convencer a países como India, que lideró un bloque de un centenar de estados que demandaba mayor protección para sus economías.
La representante de Estados Unidos, Susan Schwab, acusó a China e India de haber impedido el acuerdo con su «proteccionismo» y señaló en un momento de «altos precios mundiales de los alimentos».
India y China, entre otros estados, demandaron ciertas salvaguardas que protejan sus cultivos agrícolas como algodón, azúcar o arroz, de las importaciones masivas. Opinaron que las propuestas sobre estas salvaguardas dejaban indefensa su agricultura.
A su vez, Washington se negó a recortar sus cuantiosos subsidios a los agricultores, especialmente a los algodoneros, una demanda de los países productores africanos.
La UE también marcó su «línea roja» en cuanto a concesiones para rebajar las ayudas agrícolas. El comisario de Comercio, Peter Mandelson, lamentó el «doloroso fracaso» de las negociaciones por culpa de lo que denominó «pequeñeces» de los países más duros en esta discusión. «Estábamos muy cerca del acuerdo; se trata de un fracaso colectivo», subrayó. La UE incluso se echó atrás en el acuerdo que ya había alcanzado con los países latinoamericanos en torno a los aranceles del banano.
El ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Celso Amorim, aseguró que el fracaso de las negociaciones podría haber sido otro «si los jugadores fueran distintos». India, por su parte, estimó que los negociadores «no deben dejar de lado el enorme trabajo realizado hasta ahora y dijo que éste podría servir de base «para ir hacia adelante» en el futuro.
Quienes sí mostraron su satisfacción fueron los agricultores del Estado español, donde las organizaciones COAG y UPA aplaudieron el fracaso y la Confederación de Cooperativas criticó que se hubiera tomado el liberalismo comercial «como motor del desarrollo de los países pobres, cuando en realidad, al obviar principios como la seguridad alimentaria o el medio ambiente, no se beneficia a los agricultores, ni pobres ni ricos, ni a los consumidores, sino sólo a las grandes potencias comerciales».
Este fracaso se añade a los de Seattle en 1999, Cancún en 2003 y Hong Kong en 2005, además de numerosas minicumbres ministeriales y reuniones más reducidas a lo largo de siete años.