La afición de San Mamés pudo ver ayer por primera, y última vez, a sus jugadores antes del choque liguero ante el Almería. El conjunto rojiblanco, que lleva tres semanas entrenando, reefectuó su puesta de largo oficial ante alrededor de 8.000 espectadores. Fue un acto bastante anodino y carente de ritmo, pero al menos sirvió para ver sobre el césped y con la nueva elástica patrocinada por Petronor a los jugadores del Athletic.

El objetivo con el que parten los rojiblancos es mejorar el undécimo puesto de la pasada campaña y, sí es posible, luchar por conseguir un puesto para las competiciones europeas. La tarde de ayer arrancó a las 17.30 con un entrenamiento del primer equipo sobre el césped de San Mamés. Un total de 34 futbolistas, 30 de campo y cuatro porteros, entre los que se encontraban los jóvenes Iturraspe, Iago Herrerín, Agüeros, Iker Guarrotxena, Iker Muniain y Jonás Ramalho, saltaron al verde. Así las cosas, al margen de los pipiolos, Caparrós todavía cuenta con 28 futbolistas profesionales, de los cuales tres tendrán que salir del club sí no quieren quedarse sin dorsal. Es público que Tiko y Zubiaurre han sido descartados por el míster y habrá que esperar para saber quien es el tercero, aunque Gaizka Toquero -que hasta el día 15 de agosto tiene la posibilidad de ir cedido al Eibar- podría ser ese jugador que deje la plantilla.

Precisamente el gasteiztarra es una de las tres caras nuevas del equipo que dirigirá por segundo año el de Utrera. Junto a Toquero, Joseba del Olmo e Iñigo Vélez de Mendizabal completan la tripleta de fichajes. Una apuesta bastante más modesta que la efectuada la pasada campaña en la que el equipo contó con un total de siete incorporaciones en el periodo veraniego. Asimismo, al contingente de futbolistas con los que contará Caparrós hay que sumar a Iñaki Lafuente y Ion Vélez, que vuelven al equipo tras sus cesiones al Espanyol y Hércules respectivamente. La quinta incorporación podría ser el joven Ander Iturraspe, ya que el de Matiena gusta mucho a Caparrós y podría tener la oportunidad de debutar a lo largo de la temporada. En cambio, Dani Aranzubia, Unai Expósito, David Cuéllar, Del Horno y Luis Prieto han tenido que dejar el club.

Una vez coincluida la sesión de entrenamiento de los mayores, dos de los equipos de las categorías inferiores del club realizaron un entrenamiento con partidillo incluido.

A las 20.00 dio inicio la presentación oficial de los jugadores del primer equipo. Sobre el césped, unos puntos que pretendían representar los diferentes puntos de Euskal Herria de los que proceden los jugadores del Athletic. No obstante, el primero en entrar al campo fue Joxe Anjel Iribar, quien mostró su convencimiento del halagüeño futuro que espera al conjunto rojiblanco. Tras El txopo, saltó la plantilla y cada jugador se situó en el punto que señalaba su lugar de origen. En el centro, un espacio que se iluminaba con el lema, literal, «guk hemen orain», y por el que pasaron todos los jugadores, escenificando que al Athletic se llega desde todos los puntos del país. Poco a poco, el capitán, Etxebe -e Iribar en el caso de los metas- presentó uno a uno a cada futbolista, todos ataviados con la camiseta con publicidad de Petronor justo debajo del escudo.

Crispado discurso de Macua

Posteriormente llegó el turno de los técnicos. Joaquín Caparrós realizó un escueto discurso, tanto en euskara -lo que levantó una importante ovación del público- como en castellano. El preparador de Utrera, arropado por su equipo de trabajo, destacó que se encuentra «con la ilusión de un juvenil y estoy convencido que entre todos conseguiremos lograr hacer una buena temporada».

El acto se cerró con el discurso del presidente, Fernando García Macua. Fue el momento más interesante de la tarde, ya que sirvió para hacerse una idea de que temperatura tiene el termómetro rojiblanco después del acuerdo firmado por la junta con Petronor y hecho público en pleno puente de Santiago.

Desde que enfiló su camino al centro del campo, el máximo mandatario escuchó algún silbido. Después, llegaron también los aplausos. Ya delante del micrófono, quienes se acercaron a San Mamés pudieron ver a García Macua hacer un discurso demasiado crispado y con un tono poco adecuado. De hecho, el presidente utilizó su alocución para justificar una decisión que él ha calificado como «superada». Pero, ya se vio que no lo está tanto como dice Macua.

El mandatario rojiblanco aseguró que «el modelo rojiblanco sólo es viable si se hacen las cosas bien y con eficiencia». Una frase que despertó bastantes pitidos y que se hicieron más sonoros cuando preguntó en tono molesto «¿sí acaso ha cambiado algo nuestra filosofía de ayer a hoy?». Fue la traca final de una intervención que dejó clara la división de opiniones existente.